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varios años |
Tras atravesar el estrecho y unos rápidos trámites en la aduana (sorprendentemente no había casi nadie) nos dirigimos a Asilah para, trás una opipara cena de pescado, pasar la noche. Nos levantamos temprano y cogemos la autopista. Paramos a comer unas keftas en un pueblo del camino y pasa ante nosotros una fiesta de boda (parece el traslado del ajuar a la casa ). Llegamos a Marrakech a primera hora de la tarde y nos alojamos en el ya habitual hotel Islane. Salimos a dar un paseo por la plaza de D´Jemaa y nos encontramos con la desagradable sorpresa de que están montando un macroconcierto y han quitado todos los puestos (excepto los de zumos). Tras pasear y cenar en uno de los locales de la medina y tomar una deliciosa milhoja, chuparquia y zumo, atravesamos la inmensa multitud que se aglomera para el concierto y que apenas deja avanzar hasta llegar al hotel. Tras el desayuno en la terraza frente a la Koutoubia recogemos el coche y seguimos hasta Chichaoua, donde repostamos (el gasoil está mas barato que en Ceuta). La intención es llegar hasta las cascadas de Immezour pero una vez que tomamos el desvío y a los pocos kilometros de una carretera todo curva, desistimos y nos damos la vuelta. Paramos en Agadir donde almorzamos pescado regado con un gris de Guerrouane.
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Unos pocos kilometros después de Agadir tomamos un desvío hasta la reserva del río Massa . Por unos carriles llegamos a la playa del morabito de Sidi Rbet y tomamos un té en un Albergue todo lujo (y desmesura en el precio) que han puesto en primera linea de playa . Proseguimos para llegar hasta Tiznit a la caida de la tarde. Toda la ciudad antigua esta rodeada por unas murallas muy bien conservadas que nos gustaron mucho. Tras una ducha en el hotel nos vamos a pasear por su medina, famosa por sus joyeros que están casi todos cerrados al ser domingo. Hay poca gente por las callejuelas, pero tras la llamada de oración las calles se empiezan a llenar de gentes. Decidimos cenar cerca del hotel y acertamos: el tagine que pedimos estaba delicioso. Tras desayunar decidimos desviarnos de la carretera general y hacer la ruta por la costa para llegar a Sidi Ifni. Tras pasar por grandes campos de euforbias y bordear durante unos kilómetros el Atlántico llegamos a la antigua ciudad española. Damos un breve paseo por su plaza central, su barandilla y su curioso faro. Seguimos hasta conectar de nuevo con la carretera general en Guilmin. Llegamos a la hora de comer a Tan Tan. En todo este viaje hemos comido muy bien, excepto aquí: la carne que nos pusieron era practicamente incomible de dura. Seguimos unos 25 kilometros más hasta TanTan playa, que aunque sea el puerto sardinero más grande del pais es bastante pequeñito y en esta época no hay apenas turismo. Nos alojamos en la maison de hôtes (casa de huespedes) Lócean, propiedad de una francesa, ubicada en pleno paseo maritimo. Tras toda una tarde de relax (lecturas, paseos por la playa, dulces en la pastelería del pueblo ...) hacemos la cena en el propio albergue: un buen trozo de un delicioso pescado llamado San Pedro.
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Tras el desayuno en la plaza del pueblo seguimos por toda la costa, disfrutando de unos magníficos paisajes de acantilados y de barcos varados y teniendo que reducir velocidad en algunos tramos tanto por invasión de arena de las dunas en la carretera como por cruce de rebaños de camellos. Entramos en el antiguo Sahara español, anexionado ilegalmente por Marruecos. De vez en cuando nos cruzamos con camiones de la ONU. A la entrada a El Aioun nos paran en un control militar. Se llevan los pasaportes y tras un rato de espera y un poco de charla nos los devuelven . Layoune es una ciudad polvorienta y llena a rebosar de militares, por lo que decidimos seguir hasta el puerto (a unos treinta kilometros) . Vamos a comer al hotel Josefina que tiene enfrente un barco varado que está todo pintado de palmeras. Tras tomar unas cervezas heladas y diversos pescados, decidimos no seguir a Smara y volver hasta Tarfaya para pasar la noche. Al llegar descubrimos que es una ciudad medio fantasma (al menos a esa hora), sin apenas sitio donde quedarse. Tarfaya está justo enfrente de las Canarias (el cabo July es el punto de partida de las pateras) con lo que se sintonizan perfectamente las emisoras de radio. Decidimos seguir hasta un albergue que vimos en el camino por la mañana en el pueblo de Akhfenir.
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Tras el desayuno y pagar 600 DH por todo nos marchamos a hacernos unas fotos en el gran agujero que nos han informado hay a la salida del pueblo. Es un hundimiento del suelo que ha formado un entrante del mar. Seguimos la ruta de regreso hasta Guelmin, donde comemos un pollo asado. Teniamos previsto pasar la noche aquí, pero decidimos seguir hasta Tiznit y pasarla en la playa de Aglou. El hotel de Aglou está casi vacio. Pasamos la tarde paseando por la playa llegando hasta el poblado troglodita de pescadores. Nos vamos a cenar y dar un paseo por la medina de Tiznit que está a 10 kilometros. Al día siguiente, tras comernos un atasco en la zona de Agadir por las obras de ampliación de la
carretera, llegamos a Essaouira a la hora de comer, lo que hacemos en el ya desaparecido por las obras de ampliación del puerto “Chez Sam”. Después de un paseo con parada en nuestra pastelería favorita en la medina (Driss de 1928), seguimos camino hasta Safi para pasar la noche. Es curiosa la cantidad de tiendas de venta de bebidas alcohólicas que hay en la zona del hotel (el barrio administrativo). La cena la hacemos en un puesto de la calle (keftas y salchichas) |
Unos años después repetimos esta ruta, dedicando un día a tomar un desvío desde Agadir por Biougra y Ait Baha hasta la bella zona de Tafraoute para después reincorporarnos por Tiznit. Esta es una zona de montaña, con carreteras estrechas pero con unos bellos paisajes y rocas interesantes .
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