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octubre 2017
Este año para nuestras vacaciones de octubre, toca un nuevo viaje a Asia. Tras barajar diversas opciones nos hemos inclinado hacer una ruta de algo más de un par de semanas por Myanmar, con una breve escapada a Angkor (Camboya). Encontramos unos vuelos a buen precio a Bangkok (AF 470€), planificamos la ruta a realizar, las conexiones con las compañías aéreas locales, seleccionamos los alojamientos, sacamos por internet los visados de Birmanya y Camboya y a primeros de mes iniciamos nuestro viaje volando desde Málaga a Amsterdam y desde allí, tras un primer intento de despegue abortado hacer un vuelo nocturno en un avión de KLM con asientos incomodísimos hasta el aeropuerto Suvarnabhumi de la capital Tailandesa. Aterrizamos con una hora de retraso y tras unas rápidas gestiones en la aduana (poca gente con respecto a otras veces) recogemos las maletas y bajamos a la planta de llegadas (puerta 3), desde donde parten los transfers gratuitos hasta el otro aeropuerto de la ciudad, Dong Muang, dedicado a compañías de bajo coste. Tardamos 1 hora en hacer el recorrido, facturamos y volamos a Mandalay con Air Asia (otra hora de retraso), donde nos espera un vehículo que hemos concertado con el hotel (15.000Kyats) y que tarda otra hora en llevarnos a nuestro alojamiento, donde llegamos ya anochecido.
Lo primero que hacemos tras dejar las maletas en la habitación es salir a buscar un cajero para estrenar nuestra tarjeta
Ferrobank, (hemos cancelado nuestra habitual evobank por haber anulado sus buenas condiciones en el extranjero).
El hotel, aunque bastante céntrico es bastante básico y con un desayuno que deja mucho que desear. Decidimos ir al Palacio
Real andando, pasando de las bicis gratuitas del hotel. Con el calor y la humedad un trayecto unos 2 kms se nos hace
bastante pesado.
Vamos hasta el “cercano” y original Monasterio Shewnandaw, un edificio de madera de teca con tallados ornamentales de
dragones, figuras animadas en danza, animales míticos, flores … tanto en el exterior como en el interior. Visitamos el
vecino templo de Atumashi, construido por el rey Mindon, antes de caminar hasta la Pagoda Kuhtodaw, construida también por
dicho Rey y rodeada con 729 pequeñas estupas donde está escrito el Canon Pali (las más antiguas escrituras budistas),
conocido como “El libro más grande del mundo” (dentro de cada pequeña pagoda se alberga una página de mármol del libro).
Preguntamos en una agencia que cuesta el tour a las 3 ciudades antiguas de Inwa, Sangaing y Amarapura. Nos dicen que 55000K.
Como no dan más datos de la excursión decidimos preguntar en el hotel. Allí nos dan 3 opciones: taxi para 2 por 45000k,
tour con guía sin barco ni caballos por 46000k o tour con guía, caballos, barco y almuerzo por 63000K. Escogemos esta
última opción que incluye también la visita a la pagoda Mahamuni.
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Toda la noche lloviendo copiosamente. Nos preguntan si queremos finalmente hacer el tour , ya que la “puesta de sol” que éste incluye no va a existir por la lluvia. Nos arriesgamos y decimos que sí y acertamos ya que echamos una jornada bastante agradable con lluvia prácticamente solo al final del día. Nos recogen a las 8,45h por conducirnos por unas calles inundadas hasta La Pagoda Mahamuni donde se encuentra un famoso Buda traído del Estado de Rakhine. En esta Pagoda se lleva a cabo la tradición budista de poner pan de oro sobre la estatua de Buda para compensar pecados pasados y corregir el Karma. por lo que la imagen de éste está completamente oculta bajo una gran capa de oro. Tras una parada en un workshop de maderas llegamos a Amarapura, (que fue capital de Myanmar durante casi 100 años) al Monasterio Mahagandayone, uno de los más grandes y poblados de monjes budistas de toda Birmania. La misión de los monjes y novicios que lo habitan es la de estudiar a fondo las enseñanzas de Buda para poder propagarlas por el país. Llegamos justo cuando está comenzando el acto de la comida: Cada día sobre las 10 de la mañana los más de 1000 monjes que lo habitan se dirigen a los comedores recogiendo antes su comida para el único almuerzo que hacen mientras reciben los presentes de los creyentes. Una ceremonia muy interesante de ver.
Una nueva y breve parada en un workshop de fabricación de telas de seda y vamos a Sagaing, pasando por el puente nuevo,
para subir a la colina Sagaing hasta la pagoda Soon Oo Ponya Shin, una de las pagodas más antiguas (1312) para
disfrutar de las grandes vistas que desde allí se tienen del valle y del rio Ayeyarwaddy.
Hacemos una parada en un restaurante de la misma colina para hacer el almuerzo, antes de cruzar el puente viejo que los
británicos construyeron en 1934 para embarcar y cruzar a la isla de Innwa (Ava) para recorrer los restos de la que fuera
capital durante 400 años en un carro de caballos por unos caminos totalmente embarrados.
La última parada la hacemos en el monasterio Maha Aung Mye Bonzan, un monasterio de ladrillo de color ocre formado por
un patio de oraciones y una estructura de 7 capas (siguiendo los preceptos religiosos del hinduismo). Aquí un breve pero
intenso diluvio nos recibe.
Salimos temprano para caminar hacia el puerto de donde salen los barcos a Mingun. A la altura de la C/ 90 una inmensa balsa
de agua nos impide el paso. Retrocedemos y un amable lugareño tras preguntarnos nos para un “colectivo” que por 1000K nos
atraviesa la inundación y nos deja casi en la puerta de la oficina de ventas de billetes. Un nuevo inconveniente: es
necesario el Pasaporte Y NO LO LLEVAMOS. Jorge dice que sabe el número del suyo, lo apuntan en el libro de registro y nos
expiden un par de tiques (5000k c/u i/v) para un barco en el que vamos 10 personas. Sale a las 9 h. y nos deja 45’
minutos más tarde en Mingun, en la orilla occidental del río Ayeyarwady a unos 10 kilómetros de Mandalay. Es famoso
por sus santuarios budistas y lugares de meditación. Desembarcamos y en una de las taquillas de “bienvenida” pagamos los
5000k que cobran a los extranjeros por acceder al “conjunto monumental” . En el regreso entramos en una pagoda con embarcadero, al lado de los restos de las 2 enormes estatuas de piedra que representan a dos guardianes con forma de león y dragón, donde un grupo de mujeres del pueblo están lavando y tendiendo una colorida ropa. Esperamos tomando una cerveza que sean las 12,30 para embarcar y volver a Mandalay. Caminamos bajo un sol que empieza a hacer de las suyas hacia el restaurante “habitual” para tomar su rico cerdo (esta vez en salsa) y esperar en el hotel a que nos recojan a las 16 h. para llevarnos al aeropuerto (esta vez por 12000k)
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Un corto vuelo nos deja en Nyaunga-u ya entrada la noche. A la llegada hay que pagar 25000k por cabeza para el tique que da acceso a los monumentos del valle. Los taxis del aeropuerto tienen precio fijo (5000), así que tomamos uno que nos lleva al nuestro, el SkyView. Aunque son casi las 9h conseguimos que nos pongan unos sándwiches para cenar y nos retiramos. El ruido de un motor defectuoso de la terraza nos impide conciliar el sueño. Tras nuestras quejas conseguimos que lo desconecten y que nos prometan un cambio de habitación para el día siguiente. Desayunamos en la terraza con unas bonitas vistas en un luminoso día. Nos embadurnamos de crema solar y alquilamos una de las motos eléctricas del hotel (10000k por día) e iniciamos la ruta por el valle de Bagan. En la mañana de este primer día recorremos los templos de Izagawna, NandaPyin Nya, Thambula (con la mayor parte de las paredes repletas de pinturas ), Tayok Py, Thamanpaya, Sulamani ( grande y con pinturas en el interior bastante deterioradas y relieves decorativos en estuco) y Dhammayangy (del Siglo XI y construido en ladrillo). Nos incorporamos a la carretera para entrar en el Viejo Bagan, visitar el Bu Paya y su mirador sobre el río y sentarnos a tomar unas cervezas. Antes de salir de la zona de las murallas pasamos por la pagoda Manabodi, y los templos de Gawdawpalin( interesante por su tamaño y estructura en terrazas) y Thatbyinyu (el más alto con sus 63m de altura) . La última parada la hacemos en el concurrido templo Ananda: (Construido en 1091, con una base cuadrada de 53 metros de largo, sus terrazas están coronadas por una gran cúpula dorada. En el centro cuatro estatuas de casi 10 mts de alto representan a Buda alcanzando el nirvana. ) y nos vamos a hacer el almuerzo a base de ensalada de brotes de té, cerdo, cerveza y lima con ginger en el conocido Wather Spoon de la turística calle Yarkinthar de Nyaunga-u.
Volvemos al hotel para un merecido descanso. A las 5,30h cogemos la moto, ya recargada, para volver al pueblo, tomar una copa y cenar, con accidente motero incluido delante de nosotros.
Hitlominlo(escalonado, el ultimo construido en estilo birmano), Alotawpyi y Oak kyaung, (pequeño, pero con cenefas de intrincados diseños y diferentes escenas ), parando de nuevo en Old Bagan para refrescarnos y seguir hasta la gran estupa blanca de Shwesandaw donde estamos un buen rato disfrutando desde lo alto de las típicas vistas del valle.
Sin desayunar por lo temprano de la hora vamos al aeropuerto para, con escala en Mandalay, aterrizar en Heho a las 9,30h de la mañana. Hemos concertado por 65000K con el hotel que el vehículo que nos recoja nos lleve antes de ir a Nyaungshwe (nuestro destino en el lago Inle) a visitar Kakku. Hacemos una parada en Taunggyi, capital del estado Shan, para recoger allí a nuestra guía de la etnia Pa-O, con su característico pañuelo naranja en la cabeza, un requisito indispensable para entrar al área y pagar el “peaje”: 3$ por persona + 5$ para la guía.
Hacemos 2 horas más de camino para llegar hasta un recinto de aproximadamente un kilómetro cuadrado, uno de los mayores símbolos religiosos de este pueblo: un gran “bosque” de más de 2500 estupas que fue abierto para visitas en 2002, pero estuvo oculto al mundo hasta que el primer occidental lo encontrara en 1996.
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Hacemos el regreso bajo una gran lluvia para dejar a la guía en Taunggyi y seguir hasta el control de entrada del lago Inle, donde hay que pagar 13.500k por cabeza. Nos dejan en el hotel y nos asignan una habitación con vistas al canal por donde pasan constantemente barcos con gran estruendo. Así que pedimos el cambio al lado contrario donde hay algo menos de ruido. Marchamos a cenar a un sitio recomendado en las guías (cena muy normalita). En el camino acordamos con una lugareña las excursiones de los días siguientes: ruta por el lago e Indein y ruta hasta Sankar, ambas por 62000K. Desayunamos satisfactoriamente en la terraza con vistas al canal y a un templo antes de salir a buscar nuestro barco y hacer el recorrido por el Lago Inle, un inmenso lago de agua dulce de más de 200 km2 y poca profundidad situado entre montañas y rodeado de más de 200 aldeas. Hacemos el par de kms de canal antes de desembocar en el lago, donde unos figurantes esperan para fotos y propina. No paramos y seguimos travesía hasta ver a los verdaderos pescadores con su peculiar forma de remar. Al acceder a los canales le decimos a nuestro piloto que no pare en los “shops”. Nos pregunta si no queremos ver mujeres jirafa, a las que exponen en la puerta de las tiendas como reclamo para el turismo. Le decimos que no (hace años ya estuvimos en una aldea en Thailandia) y que prosiga la navegación. Lo hace por el arroyo Inn Thein, un canal largo y estrecho envuelto de follaje durante casi 8 kilómetros hasta llegar al pueblo de Indein. Desembarcamos y vamos a las derruidas pagodas Nyaung Ohak, que están inmediatamente detrás del pueblo. Cortamos por un pasillo que evita que pasemos por las taquillas hasta una galería repleta de puestos para turistas y cubierta por un tejado de madera que sube por una colina hasta llegar a Shwe Inn Thein, un complejo con casi 2000 pagodas pequeñas y grandes, la mayoría construidas en los siglos 17 y 18. Descendemos para reiniciar la navegación hacia la pagoda Phaung Daw Oo que con tiene tejados en varios niveles coronada por la típica sombrilla birmana en color dorado y es famosa por albergar 5 estatuas de buda en su interior. Atracamos en el embarcadero situado en el patio exterior de la pagoda y subimos las escaleras para ver como cubren una estatua con pan de oro, siendo imposible distinguir su forma original. Al lado de la pagoda vemos la barcaza de remos dorada que han utilizado en el reciente festival del lago para la gran procesión de las 5 estatuas que, protegidas en una urna de cristal, son paseadas de pueblo en pueblo. Paramos en un palafito-restaurante para almorzar pescados del lago (uno de ellos picantísimo) . Como el fondo del lago Inle es una tierra bastante fértil, con numerosas algas y vegetación, los habitantes del lago la utilizan tanto como fertilizante, como para la construcción de granjas flotantes. Hacemos un recorrido por sus canales, antes de seguir al monasterio Nga Phe Chaung, construido en madera de teca y soportado por pilares directamente sobre los canales y conocido como el monasterio de los gatos saltarines. Tras esta visita regresamos a Nyaungshwe torrándonos bajo el intenso sol. Pagamos la ruta del día, apalabramos un taxi por 15000k para cuando volcamos al aeropuerto (10000 menos que a la venida) y quedamos para la mañana siguiente. La cena la hacemos en un hindú al lado el hotel (tikka masala, tandoori y lassi)
Para nuestra segunda ruta salimos a las 7,30 de la mañana para hacer 3 horas de travesía por unos bellos paisajes hasta llegar a Sankar, zona prohibida para el turista hasta no hace mucho.
A la llegada a Sankar vemos unas pagodas sumergidas, paseamos un rato por el pueblo y empieza a diluviar. Reanudamos la navegación bajo la lluvia hasta llegar a una destilería de sake y parar en la pagoda Takhaung Mwetaw, en la que estamos prácticamente solos, rodeados de decenas de estupas que llegan a la misma orilla (alguna hay incluso en el agua). |
El último día en Nyaungshwe lo vamos a dedicar a pasear en las bicis gratuitas del hotel. Empezamos recorriendo el pueblo para ver alguno de sus templos, aunque al rato de empezar la ruta tenemos que volver al hotel ya que he olvidado la cartera en la habitación. Por la carretera de salida del pueblo, pasamos la caseta de control, hasta llegar al monasterio Shwe Yaunghwe Kyaung, del siglo XIX y realizado en madera de teca y con unas curiosas ventanas ovaladas. Seguimos a la cercana zona del canal donde se concentran cientos de personas pescando en sus orillas. Al iniciar el regreso me percato que mi bici ha pinchado, así que andandito y con tranquilidad hacemos los pocos kilómetros que nos separan del pueblo. Dejamos las bicis y nos vamos a almorzar a “the Garden” un restaurante de “comida nepalí moderna”: Muy buena presentación, muy rico y buen precio. Tomamos hummus y vaca con tofu y coliflor. A la noche repetiremos en el mismo sitio. Justo al lado está la parada de buses para larga distancia. Vemos partir alguno con muy buena pinta (azafatas, asientos muy reclinables…). Quizás por precio hubiera merecido la pena hacer algún de nuestros trayectos en autobús en vez de en avión (sobre todo por las distancias a algunos aeropuertos).
Nos levantamos bien temprano ya que nos han cambiado la hora de salida del vuelo de las 12 a las 9h. Estamos un rato esperando el taxi que habíamos concertado. Cuando ya estamos bastante nerviosos por el retraso finalmente aparece y nos lleva en 1 hora al pequeño aeropuerto de Heho. Salimos en el pequeño avión de Yanadarpon en hora hacia Tadwe en el estado Rakhine. A pesar de los fantásticos desayunos (los mejores de todo el viaje), las buenas bebidas (gin tonics a 2€) y comidas a base de pescados y mariscos, incluyendo una con langosta (cobrada de más por no haber preguntado su precio previamente, 40 € cuando normalmente hubiera sido 25/30€), quedamos muy desilusionados con Ngapali. Ngapali es, según Tripadvisor, la 8ª mejor playa del mundo. Debe serlo por la cola: zonas de pescadores que están siendo arrasadas para construir decenas de resorts para guiris (a sumar a los ya existentes) en primera línea de playa…. De unas playas que desaparecen cuando sube la marea, que están llenas de plásticos flotantes y de diversos restos (incluidos cristales rotos) en la arena y a donde vierten directamente las aguas residuales.
Tras nuestros 3 días de relax volamos a la antigua capital birmana, Yangon (en 2005 fue sustituida por Naipyidó) una ciudad de más de 5 millones de habitantes y nuestra última etapa en Birmania.
Paseamos por la zona de la pagoda, el jardín Maha Bandoola, el Ayuntamiento y otros edificios coloniales hasta encontrar en la C/ 27 un restaurante donde comimos muy adecuadamente.
Tras un desayuno un poco desmadrado a pesar de las 4 personas para servir a solo 3 (o lo mismo por eso), salimos para caminar hacia el inmenso mercado Bogyoke, en el que hay muy pocos puestos abiertos ya que no abren hasta las 10 (cierran a las 5) . Pasamos por la vecina catedral de la Sagrada Trinidad antes de tomar a avenida que acaba en la pagoda Shwedagon.
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Entramos por el acceso sur, donde dos leones gigantes (chinthe) protegen la entrada. a la pagoda más sagrada de la antigua Birmania, una gigante estupa dorada con cientos de placas de pan de oro y diamantes incrustados en su estructura, de más de 2.500 años de antigüedad, ubicada en la cima de la colina de Singuttara, entre el Parque del Pueblo y al lago Kandawgyi. La leyenda cuenta que la pagoda alojó a Buda, conservándose allí algunas reliquias sagradas como parte de su pelo.
La base de la estupa está realizada con ladrillos cubiertos con planchas de oro. Sobre la base se encuentran diversas terrazas (pyissayan) a las que sólo pueden acceder los monjes y los hombres. A la mañana tras el desayuno hacemos una escapada al mercado Bogyoke para comprar una marioneta que habíamos visto el día antes, tomar un taxi y embarcar a mediodía hacia Bangkok para, tras una pesada escala en unas abarrotadas salas de espera, llegar a Siem Riep. Nos recoge un tuctuc que envía nuestro hotel gratis y, tras parar en varios ATM para sacar moneda camboyana (ninguno funciona), llegar a nuestro alojamiento, un hotel boutique algo separado de la zona turística.
Allí nos plantean diversas propuestas de actividades para los días que estemos. Decidimos que en vez de hacer los templos en un par de días como habíamos pensado inicialmente juntaremos los circuitos corto y largo para hacerlo en solo uno. Cenamos a la carta en el restaurante del hotel y nos retiramos .
Nosotros hemos juntado los 2 circuitos el corto donde se encuentran los templos más importantes (Angkor Wat, Angkor Thom, Phnom Bakheng, Prasat kravan, Banteay Kaei, Ta Phrom y Ta Kheo) y el largo. Invertimos algo mas de una hora de recorrido para volver al tuctuc y seguir hasta Preah Khan donde, prácticamente sin gente, vemos el primero de esos árboles tan peculiares que se abren paso por entre las piedras. Seguimos hacia Neak Pean o Templo del Agua, al que se accede por una pasarela sobre el agua y que se encuentra construido en medio de un lago artificial . La siguiente parada es en Ta Som un templo no muy grande pero con elaborados bajorrelieves y donde vemos como las raíces se abren paso entre los enormes bloques de piedra.
Seguimos hasta Mebon (no tan bien conservado como los anteriores, donde destacan las esculturas de los elefantes situadas en las esquinas) y a Pre Rup (muy parecido al anterior pero mucho más elevado). Reanudamos camino hasta llegar a Banteay Kdei, templo de los monjes budistas y con gran cantidad de relieves. Es uno de los que mas nos gusta. Entre sus piedras observamos varios pequeños altares improvisados. Nuestro conductor nos hace una parada para comer en un concurrido restaurante para turistas donde tomamos unos platos típicos.Pido una factura o un papel con el nombre de los platos pero no hay manera.
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Llegamos a Ta Prohm, probablemente el templo más famoso por haberse rodado en él la película Tom Raider. Aquí ya vuelve a haber montones de personas que hacen difícil el poder disfrutar en su totalidad de esta maravilla.
En Ta Keo no paramos ya que se encuentra en obras, siguiendo hacia Angkor Thom, la zona amurallada de Angkor. Accedemos por la Puerta de la Victoria, flanqueada por dos balaustradas en forma de serpiente de 5 cabezas . Realizamos el desayuno junto a la piscina y el tuctuc del hotel nos lleva hasta el antiguo mercado de la época francesa. Paseamos por su interior antes de ir a la turística calle 8 para descansar un rato en una terraza tomando un café, y después caminar hasta el cercano templo budista de Wat Preah Prom Rath. Caminando al borde del río llegamos hasta el templo de Preah Ang Chorm, en un parque junto a la Residencia Real. Atravesamos el río y seguimos hasta la calle Wat Bo, donde elegimos un sitio para la cena y volvemos al hotel para pasar el resto del día en la piscina y almorzar allí mismo. Salimos para tomar unas cañas en el hostel 453 y cenar en el Restaurante Mr. Grill, un sitio muy de diseño y con buena comida. Pasamos la mañana en el hotel y marchamos al aeropuerto para llegar a Bangkok a media tarde. Tomamos el bus que conecta Don Mueang con Mo Chit donde tomamos el metro elevado hasta la parada de Ratchathewi, cercana a nuestro hotel (NAP). Damos un paseo por la zona y cenamos un Pad Thai y una sopa Toun Yun antes de retirarnos. Iniciamos el domingo caminando hasta MBK center para ver “ofertas”: Nada de lo que vemos tiene o una calidad mínima o un precio decente. Tomamos allí el BTS para bajarnos en la parada Saphan Taksin junto al río y tomar la línea naranja y navegar por el Chao Phraya hasta Kiak Kai y almorzar. Regresamos a nuestro punto de partida y entramos en el Bangkok Art Culture para ver una exposición antes de volver a nuestro hotel. La cena la hacemos a base de Tilapia a la Sal. El tuctuc eléctrico del hotel nos lleva a las cercanías del tren al aeropuerto, y en menos de 1 hora estamos ya facturando para emprender nuestro regreso a casa, esta vez en un avión de AF algo más cómodo que el de la venida.
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