Visitamos El Puerto para ir a este restaurante, 1 estrella en la Michelin (ahora ya tiene 3) y tomar el Menú Degustación a base en exclusiva de "productos" del mar".

Adecuado el servicio, el sumelier (tomamos un muy sabroso crianza de la tierra, Samaruco de Bodegas Luis Perez) y el menú, en el que destacó sobre todo la empanadilla de calamares de potera y los ostiones enfangados en Isochrysis.

Unos años despues repetimos en su "sucursal". Aqui, ya con menos sorpresa, nos gusto especialmente la curiosa pescadilla a la vizcaina.

Visitamos este restaurante en un pequeño pueblo serrano de 5.000 habitantes antes de la reforma que lo convertiria en una de las recientes estrellas de Andalucia.

Ya en ese momento nos gusto mucho por el uso de las verduras del huerto y de los productos de la zona. Ahora tras el cambio ofrecen dos menús degustacion de alta cocina.

Despues de visitar diversos restaurantes con estrella es dificil conseguir sorprender. Este restaurante y su chef Leon Griffioen lo consiguen.

Su menu Radis es un fantastico recorrido gastronomico por la historia gaditana,(fenicios, griegos, romanos y otras culturas que dejaron huella en esta ciudad)

El local en que se ubica este restaurante fue convento, luego local de copas. En un patio de albero, rustico a mas no poder, tomamos su menu degustacion, a base de productos de cercania ( del mar y de la huerta familiar), mayormente hechos a la brasa. (El chef se considera a si mismo como "Cocinero de candela").

Con una decoración muy agradable y con la cocina en el centro de la sala nos ofrecieron 3 menús bajo los sugerentes nombres “Sigue al conejo blanco", "Feliz No Cumpleaños" y "Vive La France". Nos inclinamos por el más corto con tres entrantes, siete platos salados y dos postres .

El concepto de este restaurante es de “fusionar con gusto Andalucía con las técnicas francesas clásicas”, quizás por ello abusan de la mantequilla en algunos platos.

Interesantes el mollete al vapor de atún de almadraba, foie y setas silvestres o la yema de huevo curada con panceta adobada y potaje ibérico.

Un viaje expreso a Córdoba para una cena en Noor.

Pedimos el menu Bereber y desde los entrantes hasta los postres, (con el sublime helado de oveja de Ras Alhanouth) casi todo nos pareció magnificamente conseguido.

La ubicación de las mesas, orientadas hacia la cocina, (como en una representacion teatral), junto con la atencion del personal de sala y el propio Paco Morales, la magnifica vajilla y cuberteria consiguieron complementar los platos de la mejor manera posible.

En una sala para 25 personas, con solo 3 mesas ocupadas, elegimos el menú "Barrio Antiguo" con 14 pases.

Presentado en bloques (Infancia, Iluminación, Ofrenda a la lluvia, Renacer gracias al mar la tierra y el fuego, Los Pedroches y la cocina de mi abuela, Antes de llegar y Encontré el tesoro) es una especie de homenaje al barrio donde se ubica el restaurante de Kisko Garcia y antes de sus padres.

Interesante recorrido por la gastronomía andaluza a base de productos autóctonos.

Un Bib Gourmand Michelin que ofrece un menu tematico que va variando mensualmente . Nosotros tomamos el menu "sorpresa" consistente en 3 aperitivos, 2 entradas, 1 plato principal y postre por 39 E, acompañado por un blanco de la zona de uva moscatel de alejandria.

Nos parecieron especialmente buenos tanto el postre como los raviolis rellenos de gamba en salsa de bogavante.

Un Bib Gourmand Michelin que ofrece un menu de cocina de temporada a base de productos de un huerto propio. .

Pueblo pequeño y turistico con este restaurante de calidad con 2 espacios diferenciados.

A destacar el morro de vaca guisado con bogavante

Para beber elegimos un Epistem nº 3 , un crianza de Yecla a base de Garnacha tintorera, Monastrell y Syrah.

Justo en frente de la Ermita del Rocio y a los pies de la laguna se encuentra este restaurante de vistas de postal

Ofrece unos apetecibles platos:croquetas de ortiguillas, cabrito lechal o mostrenca (vaca autoctona de la marisma)

Rumbo al Algarve hicimos una parada en Huelva para degustar los platos de Xanty Elias. Esta vez nos inclinamos por el menu largo.

Unos snacks muy pobres dan inicio al almuerzo que acompañamos con un "Leopoldo seleccion", un potente vino de la zona. Muy completa la app que ofrecen para la seleccion del vino.

Acabamos muy satisfechos, a pesar del grupo ruidoso de la mesa vecina, gustandonos especialmente el choco con oreja de madera, la gamba con pistacho y la perdiz con trompetas de los muertos.

Decorado con gran cantidad de fotos de personajes conocidos que han pasado por él en sus muchos años de historia, es un referente ineludible de la cocina tradicional andaluza, siendo una parada obligatoria si visitas las históricas Ubeda y Baeza.

Sus platos, entre los que destacan las alcachofas de Luisa, el paté de perdiz y los postres de herencia árabe, y la incorporación de antiguas recetas de familia hacen imprescindible su visita.

En este coqueto restaurante elegimos el menu "Otiñar" que bajo distintos epigrafes presenta casi 20 platos: "En la taberna de Juan el cojo", "De las orzas y los huertos", "En el salto de agua del Carcajal", "Alrededor de la plaza y mirando a la sierra, bailes y verbenas" y en los postres: "Entre bosques, pinares y pastos" y "24 de Septiembre, un día especial, La Virgen de las Mercedes"

En un convento renacentista del S.XVI en el centro de Baeza, diseñado por el arquitecto Andrés de Vandelvira se encuentra este restaurante.

Sorprendente y muy recomendable menu de 15 pases del que se me hace muy dificil escoger cual nos satisfizo mas.

Montado en un minúsculo, pero acogedor local en el casco antiguo, para un máximo de 15 comensales distribuidos en una barra con cuatro taburetes y tres mesas el chef Pedro Sánchez ofrece un menú degustación de 16 pasos que varía en función del mercado.

De nuestra visita destacaríamos las quisquillas con escabeche de perdiz, el gazpachuelo de ortiguillas y el ave asada con parfait de sus higaditos.

Unas nuevas visitas a Jaen para degustar el menú Charca, definido como "sabor de los platos de toda la vida" y "homenaje a las casas de comidas" en Radis

En Malak elegimos el recorrido por la Sierra de Segura a traves del menu 'aldeas perdidas'.

Restaurante con un sol, donde camino a Jaen hicimos una parada para disfrutar en su terraza de algunos platos de su carta, definida como de "cocina de supervivencia, silvestre y campesina".

En plena Sierra de Segura una fantastica degustacion de productos autoctonos. Solo pide la bebida y Miguel se encargará de que en la mesa no falte el acompañamiento.

Volvemos al local donde se asentaba el Tragabuches en Ronda para degustar su menu corto (17 platos) del que destacaria de sus diversas propuestas el cocido rondeño de ostra.

En esta ocasion elegimos un vino de la bodega f-schatz, realizado con la variedad de uva alemana lemberger y con un precio quizas un poco elevado para sus caracteristicas.

Se ubicaba en un pequeño espacio, con 6 mesas en pleno casco antiguo de Marbella. (Ahora ya esta en uno mucho mas amplio)
El menu degustacion se componí­a de unos grissini caseros con una emulsión de queso de cabra, terrina de foie con yogurt, croqueta de rabo de toro con albaricoques y oliva helada, un bacalao confitado y un cochinillo con manzanas y una hamburguesita de morcilla.

Aunque para mi, por su presentacion lo mas destacable fue el "destornillador", un cocktail con vodka y naranja granizada.

En un espacio minimalista, con pocas mesas y cocina a la vista, degustamos su menú largo de 22 platos, dias despues de obtener su estrella Michelin.

De los diversos platos elaborados por Diego Gallegos con peces de ri­o: esturión, salmón, anguila,trucha, tilapia... nos agradaron especialmente el nectar de Caviar con lengua de chivo glaseada y el tartar de caracol.

Algunos sabores y presentaciones nos recordaron al restaurante la Central de Lima.

Restaurante en la antigua Juderia malagueña en el que, a base de productos de la tierra, se cocina a base de brasas y candelas.

Tomamos el Menu Memoria (4 aperitivos, 6 pases salados y 3 pases dulces). El primer bocado se toma en la cocina acompañado de un montilla de 2ª criadera.

Acababan de cambiar la carta,aumentando los platos hasta un total de 14 en el menu largo. De ellos los que mas nos gustaron fueron la chipá de pesto y sardina marinada, el salmonete con humita y el helado de manzana con borrachito.

Una cena agradable, adecuadamente servida en un variado servicio de loza, al igual que el chinchilla doble 12 con el que la acompañamos .

Decidimos no pedir el menu degustacion sino algunos de los platos que estan en la carta: viera, chicle foie, carrillera de chivo, liebre desmigada y quedamos satisfechos.

Desde el pequeño Dom Vino hasta el Eboka (despues Araboka)en el centro historico y ahora tambien el Araboka Plaza, Antonio sigue ofreciendo un lugar donde disfrutar del vino junto con sus platos y guisos y potajes tradicionales de cuchara.

En el barrio malagueño de Ciudad Jardin se encuentra este sorprendente restaurante por su abigarada decoracion.

Un pequeño espacio en una casa mata a rebosar de cuadros e imagenes religiosas, donde sin embargo se come bastante bien.

Ubicado en una zona que carece de ese encanto de otros rincones de esta ciudad...., sin ostentaciones, nadie diría que allí se encuentra un restaurante con estrella.

En su interior, predominancia de colores cálidos, maderas en tonalidades roble, y altos echos en una sala muy iluminada.

Acompañado por un "Marcelino Serrano"(Etiqueta Negra), un tinto de la Sierra Sur de Jaén, tomamos un menú degustacion de 10 platos, gustándonos en especial la esponja de tomate y la ostra con manzana y anacardo.