mayo 2019

Uno de los destinos que teníamos pendiente de visitar era Bolivia y su salar de Uyuni. Como al mismo tiempo, en el viaje a Perú de hace unos años, tuvimos que suspender el vuelo sobre las líneas de Nazca por enfermedad de Jorge, ahora que habíamos encontrado unas buenas fechas para “dar el salto” entre mayo y junio decidimos montar un combinado entre ambos países. Elaboramos una ruta de 2 semanas de duración, sacamos los billetes de aviones y buses (el vuelo transoceánico sale más barato a Perú que a Bolivia) y reservamos los hoteles. Salimos a las 9 de la mañana para llegar a Lima antes de las 6 de la tarde, realizar unos rápidos trámites en el aeropuerto, sacar 400 soles en uno de los cajeros y ser recogidos por el transfer (66S) de la Casa del Viajero, un hotelito cercano a la plaza Kennedy en Miraflores, a donde llegamos tras los habituales atascos ya de noche. Tomamos posesión de la habitación y salimos a cenar algo en el “Kiriko” antes de marchar a dormir. Nos levantamos a desayunar, dejamos las maletas, recargamos la tarjeta del metrobus que teníamos del anterior viaje (2,5s/viaje) y marchamos a Barranco. Damos un agradable paseo por sus calles, sus parques, el puente de los suspiros y el mirador, disfrutando de sus pinturas murales antes de regresar a Miraflores ya que tenemos reservado el almuerzo en Kjolle. Tomamos nuestro primer pisco sour en Larcomar y marchamos a comer. Nos damos cuenta que “La Central”, considerado como el mejor restaurante de Latinoamérica y el cuarto del mundo por la revista Restaurant se ha trasladado tras sus problemas con la Municipalidad a Barranco, así que tomamos un taxi ya que es casi la hora y regresamos allí. Kjolle es regentado por la que fuera chef de la Central y su menú de casi 100€ , con ingredientes como Corvina, Navajas, Mashwa Negra, Nues de Madre de Dios, Macre, Pacae, Kión, Tubérculos, Pato, Kañiwa, Yacón, Chonta, Cocona, Kiwicha y otros productos peruanos nos sorprende y satisface mucho menos que en nuestra primera visita a la “casa madre”. Volvemos a recoger nuestras maletas, tomamos un taxi (45s) para que nos lleve a Callao, donde a pesar de la inseguridad de la zona, hemos reservado un alojamiento frente al aeropuerto por 15€ para descansar hasta la salida de nuestro vuelo a la Paz y evitar los atascos vespertinos.

A las 9 y media de la noche una persona del hostal nos acompaña hasta la puerta de acceso al aeropuerto (10 minutos andando), facturamos y a las 12 de la noche salimos hacia Bolivia, donde llegamos a las 3 de la madrugada (hay una hora más). Sacamos bolivianos con la Bnext en los cajeros del aeropuerto y como el transfer que tenemos apalabrado con el hotel nos deja tirados, así que negociamos un taxi para que nos lleven (al final sale a 70 Bolivianos en vez de los 130 del hotel). A pesar de la hora en el hotel Qantu nos dan habitación y nos retiramos a descansar. Dormimos unas cuantas horas y a la hora de la ducha ya empezamos a notar los efectos de los 4000 mts de altura. Bajamos a la agencia de la entreplanta para pagar el “tour” a la isla del Sol del día siguiente (50usd por cabeza) y a recepción para el pago de la habitación y salimos a tomar un café y a hacer nuestro primer paseo por La Paz. Bajamos por el vecino mercado de las Brujas hasta la plaza Mayor, cuya basílica de San Francisco están cerrando en ese momento. Llegamos hasta la plaza del Obelisco y desde allí subimos hasta la Plaza Murillo, donde se encuentra la catedral, el Palacio de Gobierno y el Congreso. Pasando delante de la bonita fachada del Museo Nacional de Arte vamos por la calle Comercio hasta el cerrado Museo Tambo Quirquincho en la Plaza Alonso de Mendoza. Llegamos hasta la iglesia de la Recoleta y almorzamos pollo frente al Colegio Inglés antes de regresar hasta nuestro hotel. A la tarde damos otro paseo por la zona, visitando el interior de la concurrida Basílica de S Francisco de estilo barroco mestizo. La cena la hacemos al lado del hotel, en el English pub, con unas cervezas y un rico cordon blue. No levantamos temprano para desayunar en el comedor con vistas del hotel y tomar el bus que, tras varias paradas para coger viajeros, nos deja en la estación de autobuses donde transbordamos al bus que nos llevará hasta el lago Titicaca. En el estrecho de Tiquina, mientras el bus atraviesa en una barcaza, nosotros lo hacemos en un pequeño bote (2B). Reanudamos el camino hasta llegar a Copacabana a la hora del almuerzo. Antes de éste, que haremos en un hotel al pie de lago a base de trucha, nos dan un paseo turístico por la plaza 2 de Febrero, el mercado y la Basílica de Ntra. Sra. de Copacabana de gran atractivo arquitectónico y bellos altares labrados y donde el cura tras la misa de 10 sale al exterior a bendecir coches.

Embarcamos para hacer una travesía de más de una hora hasta la Isla del Sol, lugar donde se considera nació la civilización Inca. Hacemos una parada en las ruinas del Templo del Sol, antes de iniciar un treking hasta el pueblo. La guía nos da una amplia explicación, aunque lo mejor son las fantásticas vistas del lago, la Isla de la Luna y la cordillera Real nevada al fondo. También nos facilita unas hierbas para que la aspiremos para facilitar la caminata a esa altura. Descendemos las largas escaleras hasta el jardín del Inca desde donde retornamos a Copacabana. El autobús de regreso sale a las 6 de la tarde para dejarnos a las 10 de la noche, tras un gran atasco en El Alto, en la estación de buses de La Paz desde donde un taxi nos traslada a nuestro hotel. Entramos en el Pub a cenar y nos retiramos a descansar del ajetreado día. Nuestro vuelo sale a las 7 de la tarde, así que dedicamos la mañana a recorrer (3B por trayecto) el increíble sistema de transporte aéreo por cable que, desde 2014 une diferentes puntos de las ciudades de La Paz y El Alto, siendo con sus 10 líneas el Teleférico de Transporte Urbano más largo del mundo. Disfrutamos de unas vistas fantásticas, entre ellas la cumbre del Illimani, el pico mas alto de Bolivia con 6500 mts, acabando el recorrido en la antigua estación de tren convertida en Centro cultural. Marchamos a almorzar a una pizzería y nos vamos al aeropuerto (60B), reponemos bolivianos en el cajero automático y embarcamos para llegar a Uyuni a las 8 de la noche. Un taxi (15b por persona) nos deja en La Casa de Sal, un hotel decorado con ladrillos de sal muy cerca del centro del pueblo. Hace un gran frio (8 bajo cero), así que cenamos algo y nos retiramos a nuestra amplísima habitación. A través de la web de Denomades habíamos reservado el tour del Salar de un dia por 27€ por cabeza, habiendo pagado solo una señal, así que una vez desayunados y bien abrigados nos vamos a dar un paseo por el pequeño pueblo y a la agencia a abonar la cantidad pendiente. Nos indican que nos recogerán a las 10 de la mañana en el mismo hotel y con gran puntualidad iniciamos el tour en un jeep con 5 personas, guía y chofer, visitando en primer lugar el cementerio de trenes, en los cuales puedes tomarte fotos y subirte a ellos. Casi todos están pintados con graffiti y hay decenas de personas visitándolos. Seguimos hasta Colchani para visitar su mercado de artesanías y una fábrica de sal. Allí hacemos el almuerzo con la comida que ya llevan preparada (filete de llama y ensaladas) y proseguimos hacia el mayor salar del mundo (12.100km2) situado a 3650 mts de altura. Hacemos varias paradas, la primera para ver unos surtidores de agua en mitad de la sal y los panales y montañitas de sal. La segunda la hacemos en el antiguo hotel de Sal, donde hoy existe un monumento al Dakar y un montículo donde ondean al viento las decenas de banderas que van dejando los visitantes.

Hacemos una nueva parada en mitad del Salar para una sesión de fotos y seguimos hasta la Isla de Incahuasi, en el corazón de este desierto blanco. Pagamos los 30b de la entrada y hacemos el recorrido entre cactus. Tras la visita marchamos rápidamente a la parte sureste del Salar que aún permanece inundada tras la temporada de lluvias para contemplar la puesta de sol. Nos facilitan unas botas para poder caminar en el agua y ya oscurecido iniciamos el regreso a Uyuni. Nos dejan en el hotel, nos duchamos y salimos a cenar a “Minuteman” en el hotel Tonito, un autoservicio famoso por sus pizzas. Tomamos un par de ellas (una de pesto) y unas cervezas artesanales por 150B. Hago el desayuno (Jorge con el mal de altura) se abstiene y vamos en taxi (ofrecido gratuitamente por el hotel) a la zona de autobuses para salir a las 8 hacia Potosí. Sorpresa: Ese domingo se celebra el día del peatón y queda suspendida la circulación de vehículos durante todo el día. Nuestro bus no se prevé salga hasta las 4 de la tarde. Cambiamos los billetes y sacamos con otra empresa que dice saldrá a las 11. Un rato de espera en el cercano Hot café hasta que nos llevan 2 cuadras más allá de la salida oficial para abordar un bus de “extranjis”. Hacemos una ruta de 4 horas de duración con parada en Ticatica. A las 3 y poco llegamos al peaje de Potosí y nos paran. La cola de vehículos va aumentando hasta que a las 5 y media permiten que se reanude la circulación. Finalmente llegamos a la ciudad mas alta del mundo, fundada en 1545 cuando se descubrieron las minas de plata de Cerro Rico. Un taxi nos traslada por 20B hasta el Hostal Sta Monica, una casona colonial en pleno centro. Salimos a dar un paseo por las tranquilas calles aledañas a la plaza 10 de Noviembre para ver sus monumentos y buscar donde cenar. Lo hacemos en “El fogón” a base de llama en vino tinto. A la mañana damos un nuevo paseo visitando entre otros el Obelisco Potosí, la Catedral Metropolitana de Santiago Apóstol, la casa de la Moneda, la Torre de la Compañía de Jesús y el Pabellón de los Oficiales Reales. En la plaza están celebrando un acto policial que culmina con una procesión. Volvemos al hostal cogemos las maletas y paramos un taxi que nos lleva a la estación nueva de autobuses por 10B. Antes de salir paran el bus para cobrar 2B a cada pasajero por uso de la Terminal. Llegamos a la capital de Bolivia (la sede de gobierno se trasladó a La Paz en el siglo XVIII) a la 1 de la tarde tras descender más de 2000 mts. Por 10b el taxi nos traslada al hotel donde nos dan un inmenso apartamento que pedimos nos cambien ya que da a la calle y se oye todo el tráfico.

La terraza del hotel tiene unas fantásticas vistas al Templo de San Felipe Neri y la Iglesia de La Merced. Damos un primer paseo hasta la Plaza 25 de mayo pasando por la Catedral Metropolitana de Sucre y haciendo el almuerzo en “El Solar Café Bistró”. A la tarde callejeamos un poco haciendo la cena en las cercanías del Convento de Santa Clara en “Bienmesabe”, una arepería. El almuerzo lo hacemos en el bar de la Alliance francaise (la taverne), degustando un sabroso vino de uva tanat de Tarija. Regresamos al hotel para recuperar las maletas, parando un taxi en la misma puerta que por 70B nos lleva al aeropuerto de Alcantari situado a 30 kms de la ciudad. Llegamos a Santa Cruz de la Sierra a las 5 de la tarde. Tomamos un taxi de la compañía ViruViru que por 60B nos traslada al hotel (El hotel quería cobrarnos 200B por ese servicio). Apalabramos con el conductor el regreso al aeropuerto al día siguiente de madrugada por el mismo precio. El Cosmopolitano es un bonito hotel boutique en pleno centro antiguo, pero en que se escuchan todos los ruidos del mundo y en el que hay que dormir con tapones. Cenamos al lado de la catedral y nos retiramos. La mañana la dedicamos a pasear. La ciudad se organiza en 12 anillos concéntricos y conectados por avenidas de altos edificios y pequeñas casas coloniales resguardadas bajo soportales de blancas columnatas como los de esta zona. Recorremos la Manzana Uno Espacio de Arte, Basílica Menor de San Lorenzo construida entre 1845 y 1915, llegando hasta el parque del Arenal y después volver para sentarnos un rato en la plaza central. Entramos en el “Lorca Café” para tomar unas cervezas en su patio y almorzar el menú del día. Como es una ciudad “de paso” que no nos está gustando marchamos al hotel para descansar y salir solo a hacer la cena. A las 2 de la mañana nos recoge el taxi para llevarnos al aeropuerto, embarcar en hora y llegar a Lima a 6 y media de la mañana. A esa hora nos espera un transfer facilitado por el alojamiento (Hospedaje Anita) que por 60 soles nos traslada al barrio financiero de S. Isidro.

Como la habitación no está libre dejamos las maletas y nos vamos a dar un paseo por la zona y localizar la terminal de Cruz del Sur en Javier Prado. (Hemos escogido este alojamiento por su cercanía a esta terminal). Regresamos, tomamos posesion de la habitacion, pagamos y marchamos a la cercana parada del metrobus para ir al Vedado. Como nos quedan soles bastantes pero insuficientescambiamos 100€ en una casa de cambio del camino. Descendemos en Jirón de la Unión para ir hasta la barroca iglesia de la Merced, visitar una exposición de máscaras y trajes típicos y marchar a la Plaza de Armas, donde en la puerta del Palacio de Gobierno una banda militar da un concierto. Desde nuestra visita vemos que han peatonalizado gran parte del centro, lo que hace más agradable el paseo. Llegamos hasta la Basílica de S Francisco, antes de recalar en el histórico restaurante "Cordano" para tomar unos picos sour y su delicioso arroz con marisco. Entramos a visitar la basílica catedral de Lima, la mayor de las iglesias y la más importante del Perú.El edificio en la parte externa está construido al estilo renacentista y sus torres son neoclásicas, teniendo el interior influencias de los estilos gótico tardío, renacentista, plateresco y barroco con un techo que simula un cielo altar, albergando importantes reliquias como los restos de Francisco Pizarro, el fundador de Lima, y la sillería del coro. Posee 13 capillas en su interior, las cuales son espacios realmente elaborados y con gran cantidad de detalles, entre las que destacan las de la inmaculada concepción, la de la virgen de la paz, de los santos peruanos y la nuestra señora la esperanza.Parte del recorrido pasa por las criptas donde se realizaban los entierros (de la clase pudiente) en la Lima colonial. Seguimos caminando por las calles del Vedado hasta legar a la Plaza S Martin, donde hacemos una nueva parada en la histórica taberna "Queirolo", antes de regresar a nuestro alojamiento. La cena la hacemos en el “Caravana” especializado en carnes y pollos a la brasa. Nos dejan preparado el desayuno para que nos lo sirvamos nosotros mismos antes de coger una pequeña mochila, dejar las maletas en la habitación, ir a la terminal y salir en el bus de las 8 (lo han retrasado 1 hora) hacia Ica. No teníamos claro si en el camino a Nazca hacer una parada en Ica o en la reserva de Paracas, habiéndonos inclinado finalmente por Ica para ver la laguna de Huacachina.

El día antes, a través de la web, vimos una agencia (Golden Sand) que organizaba tours de 4 horas para ver lo más importante de la zona por 35 Soles por cabeza y hemos apalabrado con ellos el tour. Aunque el bus llega con media hora de retraso nos están esperando en la estación. Nos llevan a la vecina agencia y allí empiezan los problemas: que si hay que esperar, que lo mismo el tour acaba más tarde de la salida nuestro bus, que lo mejor es que hagamos uno privado…. Visto “el percal”, decidimos que haremos la vista por nuestra cuenta. Por tanto abandonamos la agencia y empezamos a recorrer las calles de esta ciudad en la que sus monumentos están en estado ruinoso desde el terremoto de 2007. Pasamos por la catedral, la Plaza de Armas y la iglesia de San Jerónimo antes de parar un tuctuc que por 7S nos traslada a la Laguna de Huacachina. Allí almorzamos en el restaurante Curasi el menú del día: papas con huancaína, lentejas y trucha. Damos un paseo por este oasis en pleno desierto de los alrededores de Ica, rodeado de enormes dunas y convertido en complejo turístico: paseos en botes y boogies. Circunvalamos la laguna y regresamos a la Plaza de Armas en otro tuctuc, descartando pasar por el Santuario del Señor de Luren y la Palmera de 7 cabezas, por su, en nuestra opinión, poco interés. En la plaza entramos en una cafetería para probar las típicas “tejas de pacana” (chocolate relleno de nuez) Volvemos a la terminal de buses a esperar nuestro bus que finalmente sale con más de 1 hora de retraso. Llegamos a las 10,30h de la noche a Nazca, donde nos esperan los de “Alas Peruanas” (hemos reservado el vuelo con ellos a través de su web por 65€ por cabeza) para trasladarnos a su oficina, pesarnos y darnos las últimas informaciones. Vamos al vecino (y barato: 17€) alojamiento El telar, donde con el amabilísimo propietario concretamos una visita (si nos quedara tiempo tras el vuelo) al cementerio de Chauchilla por 50S. En principio nos recogen en el hotel a las 8 de la mañana, pero antes de esa hora estamos tomando un café (nos han recomendado no desayunar antes el vuelo) al lado de la agencia, así que antes de esa hora estamos junto a otra pareja partiendo hacia el aeropuerto María Reiche ( investigadora que dedicó 50 años al estudio de las lineas de Nazca, concluyendo de que se trataba de un calendario astronómico) donde abordamos (una vez pagados los 30S de tasas) una pequeña avioneta que, durante más de 30 minutos, nos mostrará las sorprendentes Líneas de Nazca, PH desde 1994. Las Líneas(figuras geométricas, laberintos y representaciones vegetales, humanas y animales) fueron descubiertas en 1927, en uno de los territorios más secos del planeta. Los arqueólogos documentan los dibujos como realizados por las culturas preincas Paracas y Nasca.

Destacan entre ellas: El Pájaro Fragata: La cabeza de este gigantesco pájaro está hecha de segmentos de círculos cuyos radios varían entre 10 y 20 centímetros El Lagarto: Mide 188 m de largo. Sus patas traseras fueron borradas con la construcción de la Panamericana, que dividió la figura en dos. El Mono: mide aproximadamente 135 m y muestra al animal con solo nueve dedos y una cola en forma de espiral. Esta es una de las figuras más relevantes y se cree que representa a la Osa Mayor. La Araña: Figura de 46 m de largo que se ubica entre una red de líneas rectas y es parte del borde de un enorme trapezoide. El Colibrí: Uno de los geoglifos más famosos por su . La distancia entre los extremos de sus dos alas es de 66 metros. El Pájaro Gigante: Con una longitud de 300 m y una anchura de 54 metros, elaborada al lado de un trapezoide, muestra un gran pájaro con cuello de culebra cuyo pico señala al sol naciente. Considerado por los científicos como el "Anunciador del Inti Raymi", pues si en las mañanas del 20 al 23 de junio nos situamos en la cabeza en la dirección de su enorme pico, podríamos observar la salida del sol, exactamente en el punto señalado por esta dirección. Nos trasladan de regreso a la ciudad, vamos al alojamiento para confirmar que tenemos tiempo para la visita, desayunamos y salimos. No hay mucha distancia (28 km) pero como parte es por pista se tarda unos 40 minutos en llegar. El cementerio de Chauchilla es una de las necrópolis prehispánicas más antiguas y mejor conservadas que se pueden visitar no sólo Perú sino también en Latinoamérica donde hubo enterramientos siglos antes de que naciera en la Isla del Sol el Imperio Inca. A la llegada (previo pago de 8 soles de entrada) nos vemos absolutamente solos, nosotros y el chofer, ante un vastísimo llano. Vamos a nuestra primera tumba con un tejadillo de madera para dar sombra, donde vemos una momia semienvuelta en un fardo y rodeada de restos de vasijas. Nuestro acompañante nos da una completa explicación sobre los enterramientos y nos deja a nuestro aire para hacer el recorrido. Abiertas hay en torno a 20 ó 30 tumbas en una necrópolis perteneciente a una importante cultura pre-incaica denominada «Ica-Chincha», las cuales recorremos pausadamente. Al finalizar el recorrido nos trasladamos de nuevo al pueblo. Hasta la hora de salida del bus (15,30h) esperamos en un restaurante al lado de la plaza Bolognesi, tomando unos piscos y almorzando. Esta vez el autobus sale casi en hora, llegando a Lima cerca de las 11 de la noche. Volvemos a nuestro hospedaje para pasar nuestra última noche en Perú. A la mañana tranquilo desayuno y metrobus al Vedado para recorrer sus dominicales calles y visitar, entre otras, el nuevo parque de la Muralla, una interesante exposición de cerámica en Casa Mendoza y el convento de Santo Domingo. Repetimos en “Cordano”, antes de regresar al hotel donde ya nos espera el transfer para trasladarnos al aeropuerto e iniciar nuestro regreso a casa. Los 15 dias nos han salido con todo incluido (vuelos, comida, seguros, hoteles, entradas, traslados ….) por 2150€ por cabeza, mucho menos de la mitad que con un organizado.