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Octubre 2005 |
Tras 22 días en China vuelvo desilusionado : Esperaba un país en transición del comunismo al capitalismo y lo que encuentro es mucho capitalismo desaforado y salvaje bajo la dictadura de un partido único . Un país en el que convive lo mas moderno con la miseria mas extrema, en el que miles de personas viven tiradas en las calles (muchos minusvalidos y enfermos). Si vas a la India, por ejemplo, vas preparado para estas cosas , pero en China no me esperaba que, p.e., para poder acceder al medico o a los estudios hubiera que pedir un crédito al banco y el que no pueda a aguantarse y malvivir . Imágenes como años hacia que no veia . Para hacer turismo muy mal ( a pesar de los fantásticos paisajes y sitios a visitar) : sin ser temporada alta todo estaba a reventar, aviones, buses, trenes. Excepto el pueblo de Tongli y la mezquita de Xian todos los puntos turísticos en que estuvimos estaban saturadísimos de gente . Los guías a la mas mínima intentan aprovecharse y te cuentan verdaderos cuentos chinos. Para la mayoria de los chinos el "otro no existe : te escupen casi encima, te bostezan en la cara, te empujan, se saltan las colas, semáforos y señales de tráfico como si no existieran, si entran en el metro cargados de bultos se ponen a la puerta bloqueándola , sin ocurrírseles siquiera que los demás tienen que salir . En fin , un pais muy interesante, pero habiendo tantas alternativas, no será el destino que recomiende. |
Este viaje fue una mezcla entre organizado y por libre, ya que nos echaba un poco para atrás el tema del idioma. Al final vimos que se podía haber hecho en su totalidad por nuestra cuenta. En Hostelworld encontramos el "Linterna Roja" un albergue en un típico hutong, que era económico, bien ubicado y agradable, en donde alojarnos los dos primeros días en Beijing. Nos recogieron en el aeropuerto al amanecer, tras casi 13 horas de vuelo con Finnair. Tras dejar las cosas nos fuimos a cambiar a un banco cercano (en donde no cobran ni comisión ni los 5 euros fijos que cobran en el aeropuerto y que abren todos los días). Empezamos a pasear, parando en el camino en un mercado de peces (vivos) y frutas (excelentemente presentadas) y en los jardines de la Biblioteca Nacional, donde tomamos una fria cerveza (en tienda 2 yuanes). Llegamos a la plaza de Tiananmen, toda decorada con motivos florales relativos a los juegos olimpicos y con mucha gente. Cogemos el metro y tras tomar algo en un KFC, nos echamos una siesta, antes de salir de nuevo a dar una vuelta por los hutones cercanos y cenar. Nos arriesgamos y lo hacemos en una casa de comidas en la calle a base de pinchos variados y picantísimos por 1 euro los dos y nos vamos a descansar.
Tras el desayuno, compramos en recepcion una visita a Mutianyu por 160Y, una zona de gran muralla que está a 70 kms, a la que cuesta llegar casi dos horas por el mucho trafico pequines. Como el micro está completo nos llevan en un coche particular. La subida se puede hacer en funicular o telesilla, bajando despues por un tobogan . Nosotros subimos andando y nos arrepentimos por lo duro de la escalera. Pasamos tres horas recorriendo la muralla, en la que no hay excesiva gente y en la que una ligera bruma hace muy agradable el paseo. Tras regresar a Peking , ducharnos y mirar el correo nos vamos paseando al lago Qian , zona de bares y restaurantes de mucho diseño . |
Tras desayunar pedimos que nos pongan en un papel la dirección de donde vamos y salimos del hutong para tomar un taxi, cosa que nos cuesta bastante. Llegamos al hotel en donde nos vamos a sumar al organizado. Es un 5 estrellas que está al lado del Zoo y hasta las 13 h. (falta gente por llegar) no nos llevan al Templo de los Lamas, donde se acaba de formar el grupo. Después vamos al Templo del Cielo, cuyo edificio principal está en restauración y donde también hay montones de gente, muchos jugando y tocando instrumentos. Ya oscureciendo nos dejan media hora libre en Tiananmen para ver la bajada de bandera, para después "almorzar" con un poco de retraso en el restaurante del Museo Nacional, entre otras cosas un curioso pescado crujiente . Tras despertarnos a las 7 y un opiparo desayuno salimos a Badaling, la zona más turística de la Gran Muralla, previa "parada técnica" en una fábrica de Jade . Un camión de carbón volcado bloquea el otro carril de la autovía. En Badaling la niebla apenas deja ver la muralla. Mientras todo el mundo se va a la masificada parte oeste, nosotros nos vamos a la contraria y disfrutamos del paseo totalmente solos. De regreso paramos a almorzar, (la comida durante todo el organizado no estuvo mal pero siempre era la misma). Para ello había que atravesar una tienda inmensa (a ver que nos vendían... ). |
>El 5º día, tras dejar las maletas y desayunar, nos vamos de visita al Palacio de Verano, en donde hay miles de personas. Antes de almorzar en el restaurante de un templo, al que nos llevan en un minibus electrico, visita "a ver que cae" de una fabrica de perlas de agua salada. La tarde la dedicamos a visitar la grandiosa Ciudad Prohibida, marchando después al mercado de la seda (ahora todo en un edificio, parece que por presiones de la cercana embajada USA) para la compra de falsificaciones (Custo 5, Puma 6, North face 15, Calvin Klein y Mont Blanc 1...) . Vamos a ver un espectáculo de Opera China, cenando previamente en un restaurante en el propio teatro. Al final no se nos hizo tan pesado como preveiamos. Previa peticion de 20Y por cabeza para propinas nos trasladan a la estación de tren para, en litera, viajar hasta Zhengzhou, a donde llegamos a las 6 de la mañana. Nos recoge una guia con conocimientos muy básicos de español y desayunamos en un hotel, al lado de un parque en donde estan haciendo taichi. Tras un par de horas de carretera llegamos al Templo Shaolín, cuna del Kung Fu. Mientras la mayor parte del grupo se va a ver un espectáculo de artes marciales, tres parejas nos vamos a visitar la escuela-residencia, donde cientos de niños están en regimen de internado durante un mínimo de tres años (por la cantidad de 3.000 ), decidiendo al final si siguen para profesionalizarse o no. Una visita muy interesante. Después de visitar el Templo Shaolin y el cercano Bosque de las Estupas (cementerio budista), vamos a almorzar en un restaurante (con tienda previa) bastante pringoso. |
Tras desayunar, vamos a conocer las cuevas Longmen, donde se encuentran talladas en roca miles de estatuas de todos los tamaños . Es un paseo agradable, a pesar de los montones de personas. Tras unas compras en los puestos del entorno del parking, vamos a la estación. Compramos algo de comida , cosa que veriamos despues totalmente innecesaria ya que en el tren vendian de todo todo. La pésima guía se resistia a dar los billetes de tren hasta no ver la propina que nos pidió con toda la cara. Subimos a un tren de dos plantas lleno de turistas, que tras casi 6 horas nos dejó en la estación de Xian, donde nos recogen para ir directamente al hotel. Sin embargo las maletas se las llevan por otro lado, llegando dos horas después que el grupo. Hacemos una cena bufé bastante buena. El octavo día vamos a conocer en una visita de 3 horas el Museo de los Guerreros de Terracota, que a pesar de las aglomeraciones, nos gustó mucho. A diferencia de la anterior, esta guia conoce el idioma y explica largamente. Vamos a comer en un bufé en el patio de butacas de un teatro, tras lo cual visitamos las bien conservadas murallas. Alquilamos unas bicis y disfrutamos haciendo los 14 kms de muralla.
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Como han cambiado la hora de salida del vuelo hasta la tarde, a primera hora cogemos un taxi y nos vamos los dos a conocer la Mezquita, en la que estamos casi solos y nos encantó. Estamos en Ramadán y los puestos del mercado abren más tarde. Tras volver al hotel y pasear por un mercado de frutas nos recogen en el hotel para el almuerzo, que hacemos en un hotel lleno de bonsais. Después, para hacer tiempo, (y por 10Y/persona que la guia pide para el chofer) paseamos por la plaza y jardines vecinos de la Pagoda de la Oca. Camino del aeropuerto nueva "parada técnica" en una fábrica de jade, desde la que vemos entrenar con palos a los guardias de la carcel vecina. Como queda tiempo la guia nos plantea parar en la Tumba de un Emperador famoso. La entrada, nada barata (45 Y) lo que permite realmente es visitar un mini Museo. El vuelo a Guilin sale con retraso. A la llegada pretenden llevar las maletas por separado y nos negamos. Al final no queda mas remedio por que el microbus es muy pequeño. Hace una luna llena que hace destacar las montañas durante todo el camino. Llegamos al hotel que está junto al rio y tras una cerveza bien fria nos vamos a dormir. Tras el desayuno nos llevan a un embarcadero a 30 Km, ya que el río empieza a ir con poco caudal, para hacer un crucero por el río Li de unas 5 horas de duración. A pesar de los 200 barcos cargados de turistas en caravana por el río, los paisajes que se disfrutan son fantásticos: montañas, vendedores en barcas de bambú, bueyes de agua....
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A la mañana ya me encuentro mejor, a pesar de lo cual sólo desayuno un yogur. Visitamos la Trompa del Elefante y la Colina Fubo, antes de ir al masificado aeropuerto, donde en el control me hacen tirar una botella de licor. Nos recoge en Hangzhou un guia que es funcionario de correos y nuevamente las maletas se van por otro lado. La primera parada la hacemos en la pagoda de las 6 Armonias, toda de madera, donde descubrimos un recoleto jardin con muchos bonsais. La segunda es en un poblado típico para vendernos Te de Pozo de Dragón. Llegamos al hotel y nuevamente esperamos una hora las maletas. El hotel la cena la sirve en habitaciones privadas con un par de mesas cada una. Tras cenar cogemos un taxi y nos vamos al centro a dar un paseo. En la plaza principal estan haciendo un concurso espectaculo de chavales bailando. Hay mucha policía. Recorremos algunas tiendas de la zona comercial y cansados de andar volvemos al hotel. El doceavo día nos levantamos "tarde", a las 9h. para ir al Lago del Oeste, para hacer un recorrido por este bello lugar, donde, entre otras, está la super mansión que fue de Mao. Vamos en un barco, solo para los 16 del grupo, a la isla del centro del lago llamada "luna reflejada en las tres pagoditas". Después nos trasladamos al Templo del Alma Escondida y al Monte que Cayó del Cielo, que tiene 380 efigies talladas en sus paredes y cuevas.
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A las 6 nos levantamos para tomar, cargados de maletas el tren que en dos horas nos lleva hasta Shanghai. El guía nos pasa un sobre para la propina, pero se lo devolvemos vacio. En la estación de Shanghai nos recibe una guia que ha pasado 6 años en Argentina y habla español perfectamente y que fue la única que, a diferencia de los otros guias que se evadían al preguntarles, se pronunció sobre el "régimen" y sobre la falta de higiene de muchos chinos. Lo primero que hacemos es ir al Templo de Buda de Jade (preciosa escultura), uno de los pocos templos de esta inmensa ciudad, en donde coincidimos con la oración de los monjes. Finalizado el almuerzo en el hotel Marco Polo, visitamos la ciudad antigua y el templo Yuyuan, con su muy bonito jardin. Nos llevan al hotel, bastante distante del centro. Como estamos un poco cansados de comida china , nos vamos a un super cercano, donde compramos para la cena, que hacemos en la habitación. Tras el desayuno y una breve parada al borde del río Huan Pu, para ver la Perla de Oriente y el Bund, vamos al Museo, en donde pasamos toda la mañana. Es un Museo muy completo y bien montado, que nos gustó mucho. Tras un almuerzo un poco cutre vamos en metro a visitar un "deposito"(almacén de falsificaciones) . Dejamos allí al grupo y nos vamos al horroroso mercado de falsificaciones (metro Shaanxi), donde miles de guiris regatean como locos (es mejor- más tranquilo y comodo- el de Peking). Huimos de la aglomeración y tomamos el Metro (como sardinas en lata) hasta la zona del Teatro de Acrobacias (templo jigian), en donde hemos quedado con el resto del grupo. |
Después del desayuno, cambiar y ponernos la dirección a la que vamos en chino, reanudamos nuestro viaje por libre. Para ello contamos con algunas frases que llevamos copiadas de varios sitios de la red . Llegamos al Captain Hostel, que tiene una ubicación inmejorable en pleno Bund. Desde la ventana de la habitación tenemos unas vistas fantásticas a la torre Jin mao , a la Perla de Oriente.... Vamos a pasear por la Calle Nanjing, en la que hay una exposición de esculturas y un gran escenario con actuaciones de aficionados. Cogemos el metro hasta la estación de tren, para sacar los billetes para Suzhou, tras lo que vamos hasta la parada del Maglev para probar este tren magnético que alcanza los 431 km por hora. Se nos hace demasiado tarde para ir al brunch que todos los domingos hacen en el hotel Westin en el que por menos de 400Y ofrecen un bufé libre con vinos de varios paises, champagne, quesos, caviar, mariscos.... Comemos, pues, al lado del hostal, subiendo para la sobremesa a su terraza. Tras un descanso paseamos por el malecón del río, yendo despues a la C/ Nanjing para ver su abigarrada iluminación nocturna y aprovechar para comprar unos bonitos jerseys a muy buen precio. La cena la hacemos nuevamente al lado del hostal. Nos levantamos a las 6 y media para tomar un taxi hasta la estación, donde en un tren de dos pisos, repleto y con gente de pie vamos a Suzhou en 45 minutos. Andando vamos hasta la Pagoda del Templo Norte, que está cerrada por restauración. Cerca compramos unos bonitos abanicos y nos dirigimos al Jardín del Administrador Humilde, al que nos cuesta llegar por culpa de las calles cortadas por obras. Es un jardín muy agradable y bonito que tiene una impresionante colección de bonsais. |
Tras cambiar , desayunamos en C/ Nanjing mientras vemos actuaciones en su gran escenario. Tomamos el metro hasta el barrio francés (metro Hengshanlu) que es una zona de copas y anticuarios con grandes casas. Volvemos y hacemos un larguísimo paseo por la zona no peatonal de C/ Nanjing hasta llegar al templo Jingian donde entramos en el restaurante 78, muy de diseño donde comemos unas brochetas de langostinos y unas sopas deliciosas. Compramos la cena en el mismo horno de la otra vez, donde al estar cerca halloween van los dependientes disfazados de bruja. Tras una siestecita, salimos a comprar unos pinceles y a pasear por la calle histórica (templo Yuyuan) que está tranquila y con poca gente . Desde allí vamos andando hasta el río donde nos tomamos una cervezona. Compramos un "Gran Muralla" tinto para la cena, que tiramos por su mal sabor. Nos acercamos al embarcadero del Bund y sacamos un billete para un barco a las 9,30 h. Desayunamos deprisa y corriendo y volvemos al embarcadero, donde nos hacen esperar un rato. Nos mosqueamos y pedimos la devolucion del dinero. Vamos a retirar las maletas de la habitación y cogemos otro barquito que nos pasea durante una hora por el río. |
Llegamos a Peking a las 7 y media de una mañana lluviosa. Nos cuesta más de media hora pillar un taxi, otra media hora llegar al hotel que hemos reservado por internet y otra media hora para que nos cambien. La habitación que nos dan es bastante pequeñita y oscura. Nos duchamos y descansamos un rato, tomando el metro (en la misma puerta del hotel y a dos paradas de la plaza) hasta Tiananmen. Allí desistimos de entrar en el mausoleo de Mao por las colas y la inexistencia de consigna para dejar bolsas y camaras (prohibidas). El día se ha despejado, así que seguimos andando hasta el jardín Jingshan, subiendo hasta uno de sus templetes desde donde disfrutamos de una vista panorámica de la Ciudad Prohibida. En el interior del parque hay grupos de gente bailando y haciendo gimnasia. Seguimos andando y llegamos hasta el Museo de Arte Chino y en sus cercanias almorzamos una deliciosa cazuela de pollo picante. A la tarde y tras un reparador descanso en el hotel, salimos a la zona comercial de sus cercanias (Xidan) en donde hacemos la cena en un restaurante de comida rápida china. Desayunamos en la habitación y al salir a la calle vemos que hace un frio que pela. En metro vamos hasta las cercanías del Zoo para ver allí los osos panda (20Y). Es un zoo inmenso pero bastante obsoleto y descuidado. Al lado hay un Carrefour en el que entramos a hacer algunas compras.
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La mañana la dedicamos a visitar la Torre de la Campana y la del Tambor y a recorrer los hutongs de alrededor del lago, que están restauradísimos para el turismeo. Vamos, en un largo paseo, hasta el jardín del Principe Gong, la casa con el patio mejor conservado de la ciudad, pero nos lo encontramos cerrado por obras. Nos tomamos una cerveza en un jardín mientras vemos volar una cometa a un padre con su hijo. Tomamos el metro hasta el Templo de los Lamas para comprar inciensos y música. Paseando vamos al restaurante del día anterior para repetir la cazuela de pollo. Pasando antes por la Ciudad Prohibida volvemos al hotel. A la tarde volvemos al Mercado de la Seda para que nos hagan unos carteles con caracteres chinos y aprovechamos para que nos den un fantástico masaje de pies. Tras cenar, de nuevo, pato estilo Peking regresamos para preparar las sobrecargadas maletas. A las 8 de la mañana tomamos un taxi al aeropuerto, llegando en sólo 45 minutos, ya que es domingo y el tráfico está tranquilo. Al pagar el taxista quiere cobrar más de lo acordado, a lo que me niego y se va protestando. Para acceder al vuelo unos controles excesivos, en los que nos confiscan unas botellitas de licor típico que iban precintadas. Alucinante: acto seguido te venden el mismo licor en el duty free. En un agradable vuelo sobrevolamos el desierto de Gobi y Siberia, para llegar a un Helsinki neblinoso y nevado, desde donde dos horas después ( y sorprendidos por los pocos asientos que hay en las salas de espera del aeropuerto) regresamos a Málaga, donde nos devuelven las maletas con casi una hora de retraso y una de ellas rota.
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