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marzo 2006 |
LLevabamos tiempo queriendo a ir a Egipto, a pesar de los comentarios de otros viajeros sobre lo pesados que pueden llegar a ser los egipcios, los timos continuos a los que se arriesga el turista y el coste demasiado elevado en relación con destinos similares. Al encontrar una oferta de Royal que nos pareció interesante y en buena época (ya que plantearse ir en verano nos parece de locos) decidimos coger unos días para empaparnos de historia. Salimos en lunes para pasar 4 noches en un crucero por el Nilo y 3 en el Cairo. Habiamos cogido el paquete con un barco SL (semilujo), cosa de lo que nos habiamos arrepentido al enterarnos que en la mayoria de éstos ni la calidad de las instalaciones ni la comida eran minimamente correctas. La sorpresa nos la dieron a la llegada, tras un vuelo de 4 horas, al incorporarnos a un barco L (lujo), el Nile Crown II. Aunque en el foro de viajes hablaban de algunos robos en los camarotes, nosotros no tuvimos ningún problema. El mayor inconveniente es que este barco atraca en las afueras de Luxor. Aunque no habiamos cambiado en el aeropuerto ni había donde hacerlo cerca, vimos de que no era necesario cambiar mucho ya que casi todo el mundo pedía euros.
Tras cobrarnos los 34 € del visado y una primera reunion explicativa damos un breve paseo por los alredores. Volvemos al barco a hacer la cena, abundante, variada y con mucha pastelería.
Eso sí, como era buffet y solo había un mostrador, habia que hacer colas. |
El primer día nos llaman a las cinco y media de la mañana. Tras el desayuno y distribuir los grupos en los autobuses, vamos a la orilla Oeste del Nilo, a visitar el Valle de Los Reyes. Nuestro guia, Mubarak, da unas explicaciones muy completas pero larguisimas. Tampoco nos gusta lo pronto que nos pide los 20 € por cabeza para propinas. La entrada al valle da derecho a visitar 3 tumbas (excepto la de Tuthankamon que venden aparte). Nosotros elegimos la de Ramses I (pequeña y bien conservada), la de Tutmosis IV (al final de una garganta y en 2 niveles) y la de Merneptah. Tras una parada para visitar (e intentar vendernos) una fabrica de alabastro, seguimos hasta el único templo de esta orilla, el de la reina Hathshepsut, excavado en la roca y con tres plantas, donde nos caen una gotas. Antes el volver al barco para el almuerzo, pasamos a ver brevemente los Colosos de Mennon. A la tarde, y tras una parada en un banco para cambiar, seguimos para visitar en primer lugar el templo de Karnak, donde, tras las explicaciones, paseamos un buen rato por nuestra cuenta, y con posterioridad el de Luxor, en donde nos anochece. Tras una "visita" a una tienda de joyas, regresamos al barco para cenar e iniciar el crucero. |
Tras navegar durante la noche, nos despiertan en la zona de la esclusa de Esna los gritos de los vendedores de chilabas, piedras, etc. desde sus barcas. Tras el desayuno nos vamos a cubierta a tomar el sol y a esperar el paso de la esclusa, cosa que hacemos,debido a la cola de barcos, a las 11 de la mañana. Después del almuerzo llegamos a Edfu para la visita al templo de Horus. En el pueblo hay un montón de pancartas llamando al boicot de los productos daneses. Cuando despertamos a las 7 de la mañana siguiente estamos atracados, junto con otro montón de barcos, en Kom Ombo. Desayunamos y vamos a visitar los Templos de Sobek y Haroeris durante una hora, tras lo cual reanudamos la navegación y seguimos cogiendo color en cubierta. |
A la hora del almuerzo llegamos a Assuan. Como vemos que no nos van a dejar tiempo para comprar la visita a Abu Simbel por nuestra cuenta (en cualquiera de los hoteles o agencias del paseo te lo venden por entre 30 y 50 € la pareja) decidimos decirle al guía que nos apunte a la visita y pagar 170 € por los dos. Empezamos la visita a Assuan por el Obelisco Inacabado y la presa, en cuyo camino se ve el templo de Philae
a lo lejos. Ambas visitas son totalmente prescindibles. Volvemos al muelle y embarcamos en una falua (nos dicen que la navegación seran 20 minutos, al final es casi hora y media), pasamos por las islas de las Flores y
la Elefantina y tras desembarcar nos vamos a dar un paseo por el zoco. A las dos y media de la mañana nos llaman para tomar un te, recoger una caja con picnic y pertrechados con almohadas
subir al autobus, formar el convoy con el resto de buses y salir a las 4 h. hacia Abu Simbel.
Tras almorzar, pagar las bebidas y dejar el camarote,vamos de nuevo al zoco, ya que hasta las 6 no nos llevan al aeropuerto.
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El avión sale con un poco de retraso , lo que hace que hasta la 1 de la mañana no estemos instalados en la planta 17 del Ramses Hilton (vistas geniales). El receptivo de Royal en el aeropuerto hace un monólogo explicativo fantástico, superando a los más consagrados actores del "club de la comedia". Nos llaman a las 7 de la mañana para trasladarnos a Giza. El desayuno bufé del Hilton variadísimo. Hace un día frio cuando llegamos prácticamente los primeros a las Pirámides. Mientras algunos entran en las de Keops y Kefren, nosotros nos dedicamos a pasear. Tras visitar la Esfinge, que está en restauración el guia nos lleva a una tienda de papiros. También nos ofrece hacer el almuerzo en un sitio de pescados. Como todo el mundo acepta vamos. Caro y con raciones mini.
Nos dejan en el hotel y nos vamos al Museo del Cairo, que está justo enfrente. Lamentable: Es una especie de almacen, donde todo está agolpado, sin orden lógico, lleno de suciedad, falto de
iluminación ...
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A la salida damos un paseo, comprando unos shawarma en un fast food para hacer la cena en la habitación. Nos perdemos un buen rato por las calles comerciales y esquivando el escandaloso tráfico regresamos a descansar. Tras el desayuno-buffet tomamos el metro (los dos primeros vagones reservados para mujeres. Mucho chador y burka. Hacía yo menos integristas a los egipcios)
para ir al barrio Copto, donde en la iglesia de San Jorge están celebrando una misa dominical ortodoxa, con mucho canto e incienso. A la salida visitamos un cementerio, el convento de San Jorge,
la gruta de la Sagrada Familia en la iglesia de San Sergio y una sinagoga. Nos gustó mucho su tranquilidad y el poder moverse por todos
los monumentos sin pagos de entradas. A la salida negociamos un taxi (de lo peor estar siempre regateando) para ir a la Ciudadela de Aladino para visitar su mezquita de Alabastro y el palacio
Gawhara, decrépito y sucio a reventar.
El vuelo de regreso sale a las 8,30 pero nos llaman a las 4 de la mañana. A pesar de la hora nos preparan un desayuno en el restaurante, antes de ir al aeropuerto y tomar el avión de regreso
a Madrid. |