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octubre 2014 ver mapa |
Con una escala en Barcelona volamos destino Atenas. Llegamos a mediodía y recogemos el coche de alquiler que tenemos reservado. El viaje de una semana de duración (vuelos, hotel, coche, comidas….) nos supondrá unos 900 € por cabeza. Enfilamos la autopista de peaje hacia el centro de Atenas y en poco más de media hora estamos llegando a nuestro hotel, cercano a la plaza Omonia. Dejamos el coche en su parking y nos vamos a dar un paseo. Pasamos por el Teatro Nacional, el Ayuntamiento y el mercado central, con una breve parada para tomar una baklava ( pastel de hojaldre muy fino con nueces y miel) y un kataífi( dulce de hilos de calabaza con nueces).
Llegamos hasta un abarrotado barrio de Monastiraki a la hora en que están cerrando los monumentos. Entramos a ver las iglesias bizantinas de Assomati y Kapnikarea, ambas en la calle Ermou y seguimos por esta calle hasta desembocar en la plaza Sintagma, frente al Parlamento, donde nos encontramos una manifestación.
Por la calle Venizelou, donde se encuentran varios edificios públicos y monumentos (Museo numismático, la Academia de las Artes, la Universidad, la Biblioteca Nacional...) , vamos regresando hacia nuestro alojamiento con la puesta de sol.
En una terraza de la plaza Vhatis, al lado del hotel hacemos una cena con la típica ensalada griega de queso feta («horiatiki salata»), soublakis y cervezas.
Recién amanecido desayunamos, recogemos el coche y salimos hacia el Peloponeso. Abandonamos la autopista y cruzamos el canal de Corinto que comunica el mar Egeo con el mar Jónico, por el pueblo de Ishmia, justo en el momento en que se sumerge el puente para dejar pasar un barco. Repostamos gasolina (carísima, entre 1,45 y 1,75 €, dependiendo de la gasolinera que elijas de las cientos que hay por el camino) y recorremos 5 Kms hasta Tirinto para ver unas bonitas ruinas de una ciudadela micénica.
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Seguimos a Argos para ver sus ruinas a los pies del castillo de Larisa. Abren solo de mañana y es entrada gratuita. Justo al lado hay una Estiatoria (sitio de comidas) , nos traen el “katálogo” (la carta) y nos pedimos unos vinos del terreno, ensalada griega , mousaka y pastitsio. Mientras esperamos nos ponen unos mezzedes (tapas): kalamatas (aceitunas) y tzatziki (crema de pepino y yogur). Hemos comido excesivamente para seguir conduciendo, pero no queda más remedio que seguir ruta. Hacemos 15 Kms hasta Micenas, para visitar su antigua acrópolis , en la que destaca la Puerta de los Leones. Tras recorrer su bien organizado Museo, vamos al cercano Tesoro de Atreo, que se cree puede ser la tumba de Agammenon, en el cual sorprendentemente estamos solos. Decidimos no seguir a Figalia para ver el templo Basai, el mejor conservado de Grecia, ya que nos quedan todavía 175 Km, en su mayor parte en carretera de montaña para llegar a nuestro destino. Hacemos una parada en el bonito pueblo de Lagkadia, llegando a Archea Olimpia casi a la puesta de sol. Tenemos el alojamiento en un hotel con vistas fantásticas, el hotel Best Western Europa, en la parte alta del pueblo. Dejamos las cosas, disfrutamos un poco de la habitación y bajamos al pueblo para dar un paseo. Encontramos un restaurante con buena pinta y nos sentamos a hacer una cena a base de un tinto bastante rico, gyros y gemista (tomates y pimientos verdes rellenos de carne picada, arroz y verduras).
Amanece lloviendo, pero tenemos la suerte que, después de hacer el abundante y variado desayuno, escampa lo suficiente para hacer la visita prevista. Como es primera hora el recinto arqueológico de la que fue la sede de los famosos juegos olímpicos de la antigüedad e importante centro religioso se encuentra bastante tranquilo. Visitamos los diversos lugares: la Palestra, el taller de Fidias, el templo de Hera, el Estadio….
Cruzamos el río para recoger el coche que hemos dejado cerca e iniciamos la ruta del día.
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Hacemos los 120 Kms que hay hasta Patras, para cruzar el puente Rio-Antirio, inaugurado en 2004 en una zona con hasta 65 metros de profundidad, un fondo marino inestable y alta actividad sísmica. Será por eso que cruzar sus casi 3 Km cuesta más de 12 €uros . Ya en la Grecia continental seguimos ruta por una carretera bastante revirada hasta llegar a Itea para almorzar a base de mejillones, sardinas y boquerones.
Iniciamos el ascenso hasta el Monte Parnaso, de 2500 mts de altura. A sus pies se encuentra Delfos, el centro del mundo y lugar más sagrado para los antiguos griegos, conocido por su oráculo, lugar de consulta a los dioses en el templo sagrado dedicado al dios Apolo.
Vamos primero al Santuario de Atenea Pronaia, separado del resto de la zona y con acceso gratuito. Allí se ubicaban dos templos dóricos, uno en honor de Atenea y otro de Artemisa (Diana) y el Tholos o rotonda de columnas del siglo IV a. C.
Volvemos al pueblo para alojarnos en un hotel familiar, en una pequeña habitación pero con unas vistas fantásticas. A la noche salimos a buscar donde cenar en un pueblo bastante solitario.
Después de los ratos de viento y lluvia del día anterior amanecemos con dolor de garganta y bastante resfriados. Hacemos una parada al lado del río Lithéos y entramos en la mezquita de Osman Saj (sobrino del sultán Suleyman) del siglo XVI. Detrás de la mezquita está su mausoleo. Mientras salimos de la ciudad vemos bastantes iglesias y el castillo bizantino, que fue construido por Justiniano.
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Llegamos a Kalambaka y seguimos hasta el vecino Kastrati donde tenemos nuestro hotel –literalmente- a los pies de las rocas gigantescas de Meteora. Tomamos el almuerzo en una ”taverna” cercana , donde, como el dueño solo habla griego, nos pone más de lo que habíamos pedido, destacando un sabroso saganaki (queso rebozado frito). Aunque sigue lloviendo bastante decidimos ir a visitar alguno de los 13 monasterios ortodoxos de los siglos XIV-XVI que quedan en pie de los 24 iniciales.
Elegimos el Monasterio de Gran Meteora (Megalo Meteoro) o de “La transfiguración de nuestro Salvador”, el monasterio más grande.
Antes de entrar hay una cueva donde habitó su fundador, Athanasios. Tiene varias salas abiertas al público: museos, la cocina, la carpintería, la bodega, el osario, las vestimentas… Su capilla con frescos es magnífica. Regresamos y pasamos la tarde en la habitación, acompañados de unos tés y unos “metaxa”, hasta la hora de la cena que hacemos en un concurrido restaurante a base de soutsoukakia (albóndigas de ternera con salsa de tomate y comino), gemista y retzina. Para finalizar nos ponen unos vasitos de ouzo. Amanece sin llover y con los resfriados ligeramente estabilizados. Así que desayunamos y hacemos una ruta con paradas continuas para fotos. Las montañas de alrededor han recibido sus primeras nevadas durante la noche. Pasamos por los Monasterios de Nikolaos Anapatsas y Rousanou antes de entrar en el de Varlaam o de Todos los Santos. Pasando por Agia Triada llegamos al Monasterio de Agios Stefanos, o San Esteban, habitado por religiosas. Iniciamos el regreso desde Kalambaka . Una vez en Lamia nos desviamos hacia Termopilas. En primer lugar paramos en el complejo termal y después vamos al lugar de la famosa batalla, donde se ubican la estatua de Leonidas y el cenotafio de los 300 espartanos que lucharon en la citada batalla.
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Seguimos hasta Kanena Vourla, un pueblo costero sin apenas interés, donde pasaremos la noche. El almuerzo lo hacemos en una pizzería y la cena en una psarotaverna (taberna de pescado) a base de psari (pescado pequeño ) y oktapodi (pulpo). Esa noche toca cambiar la hora.
Por autopista y con una lluvia constante que no para hasta llegar de nuevo a la costa hacemos 230 Kms hasta Cabo Sunion, lugar donde según la leyenda, Egeo se habría lanzado al mar. Tras la visita al Templo de Poseidon y una parada para un tentempié en una psarotaverna de carretera volvemos hacia Atenas . Aparcamos y dejamos las maletas en el hotel antes de hacer el almuerzo, tras lo cual vamos andando hasta el Estadio Panatinaico. Cruzamos a los Jardines Nacionales y pasamos por el palacio de congresos Zappeion hasta llegar al Olimpeion . Compramos una entrada combinada por 12 € que da derecho a visitar, aparte de este templo, la Acrópolis, la Ágora griega y la romana, el Kerámicos y la Biblioteca de Adriano. El Templo de Zeus era una grandiosa construcción que tenía 104 columnas corintias de 17 metros de altura, de las que se conservan 15. Está junto a la Puerta de Adriano, que marcaba el límite entre la ciudad antigua y la nueva Atenas de Adriano. Recorremos el barrio de Plaka , pasando por la linterna de Lisicrates, llegando finalmente a la Biblioteca de Adriano . Tas una breve visita nos trasladamos a la cercana Agora antigua, corazón político, social y comercial de la Atenas del 600 a.C., donde sobresalen la Estoa de Átalo y el Templo de Hefesto. La Estoa fue fundada por el rey Átalo de Pérgamo y actualmente alberga el Museo del Ágora Antigua.
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Desayunamos camino al Nuevo Museo de la Acrópolis. Es un edificio de tres plantas construido sobre pilotes y con un suelo transparente de cristal que permite ver los restos de los restos arqueológicos que se encontraron al excavar los cimientos.
Cruzamos desde allí hasta uno de los accesos de la Acrópolis. Allí se encuentra el Teatro de Dionisios, el más antiguo del mundo. Este se encuentra unido al Odeón de Herodes Atico mediante un inmenso pórtico o «stoa» llamado «Stoa de Eumenes» .
Hacemos la obligada visita del Partenón y el Erecteión y salimos del abarrotado recinto. Bajamos hasta Keramikos , una enorme necrópolis del siglo XI a. C. que está en la zona en la que se ubicaban los talleres de alfarería, de ahí su nombre.
El ultimo día, como tenemos tiempo antes del vuelo de regreso, decidimos subir con el coche al monte Licabeto. |