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varios años |
Desde que estuve por primera vez en Portugal, hace ya más de veinte años, he vuelto muchas veces a Lisboa. En los últimos tiempos más a menudo, ya que mi amigo Ernesto ha estado vivíendo allí los últimos años.
El acceso a Lisboa a traves del puente 25 de Abril - con peaje a la entrada, pero no a la salida- sigue siendo caótico a pesar de la apertura del puente Vasco de Gama para la Expo del 98, por el que se accede sin los atascos del otro. Por la ciudad podemos movernos en metro,(que ha mejorado bastante trás las obras de ampliación ). Aunque no deberiamos de dejar de montar en los antiguos tranvías (han desaparecido un montón de lineas en los últimos años) ni en los elevadores o incluso atravesar el Tajo en un viaje de ida y vuelta desde Cais de Sodré .
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Un primer paseo lo podemos hacer por la Baixa, desde la gran explanada de la Plaza del Comercio por la rua da Prata o rua Augusta llegando a la Plaza Figueira o a la de Pedro IV. Ya allí podemos tomarnos una ginginha antes de comer un cocido portugués en alguno de los pequeños restaurantes que aún quedan al final (los del principio son para guiris) de Portas San Antao, o a continuación por Sao José.
Andando por la Avenida da Libertade o cogiendo el metro llegaremos hasta Marqués de Pombal para pasear por el parque Eduardo VII hasta la Estufa Fría, recoleto jardín botánico
en pleno centro de la ciudad. Al regreso podemos pasear por el Chiado, (bastante recuperado tras el incendio que hace años lo asoló)
pudiendo usar el elevador de Santa Justa para subir al barrio Alto
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Vamos a seguir paseando por las típicas aceras de empedrado, rodeados de edificios con fachadas de azulejos portugués. Pero antes entraremos en alguna de las muchas pastelerías a tomar un café con algún bolo. A pie o en uno de los característicos tranvías subiremos hasta el Castelo de Sao Jorge, en el barrio de la Alfama, para pasear por sus murallas y disfrutar de Lisboa a nuestros pies. Si es martes o sabado podemos ir a la muy cercana Feria da Ladra (mercadillo), al lado del Panteón. Después nos marcharemos al oeste de la ciudad para visitar el Monasterio de los Jerónimos y la Torre de Belem. El museo de carruajes, el monumento a los descubridores y el centro cultural de Belem son hitos a descubrir en esta zona. Podemos ir a almorzar una zapateira al Portugalia de al lado del río (aunque es más típico el de Almirante Reis) o irnos, ya sea a comer, de compras o simplemente a verlo, al Centro Comercial Colombo,(al lado del estadio del Benfica) que junto con el de Vasco de Gama, es el más grande de Lisboa .
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Los alrededores de Lisboa también tienen sitios interesantes de ver. Podemos acercarnos a Cascais o Estoril, pero adonde no deberiamos dejar de ir es a Sintra . Desde la estación de Rossio (fantástica fachada) un tren nos acercará en media hora a este bello pueblo de
bosques y casas señoriales. El descenso hasta Sintra lo podemos hacer por sus jardines, reponiendo fuerzas a la llegada, en algún restaurante con, por ejemplo, un arroz de tamboril o un bacalao cocinado de alguna de las muchas maneras de Portugal.
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