Diciembre 2007

Con un vuelo nocturno de 12 horas de duración llegamos al aeropuerto Benito Juarez a las 5 de la mañana para pasar 5 días en ciudad de México. A esas horas los domingos aún no hay metro, así que, tras cambiar algunos euros, tomamos previo pago de 132 pesos (9 €) un taxi hasta un hotel de 5* (similar a un 4 español) que hemos reservado por 45 €/noche en Colonia Roma. Durante el trayecto vemos mucha policia por las calles. Nos registramos y nos asignan habitación. Dejamos las maletas (que no hemos facturado para evitar perdidas y esperas)y a las 7 h. ya estamos en la calle buscando un lugar para desayunar. Lo hacemos en uno de los pocos sitios abiertos, VIPS, a base de milanesas y zumos. En las taquillas de Cuauthemoc compramos varios boletos del barato metropolitano (2 pesos c/u) y vamos hasta Bellas Artes. Lo primero que encontramos al salir es el bello y restaurado edificio de correos, en el que entramos. Seguimos por C/ Donceles hasta el Senado y el teatro de la ciudad, para desembocar en la plaza de Santo Domingo, segunda en importancia de la ciudad, donde se encuentran los Portales de los Evangelistas (en donde se ubican los escribanos públicos), el antiguo Palacio de la Inquisición y un templo dominico con varios retablos barrocos. Como la cercana Secretaría de Educación sólo abre de lunes a viernes no podemos visitar sus murales, por lo que seguimos hacia el Zócalo.

Primero entramos en la catedral, la más grande de Latinoamérica, en la que los domingos a las 19h. hay misa con mariachis. A la salida vemos la curiosa estatua hecha con llaves del Papa J.Pablo y nos hacemos unas fotos ante la barroca portada del Sagrario. En esta fechas prenavideñas, el Zocalo está tomado por una inmensa pista de hielo, multitud de puestos y muchísima gente. Vamos hasta la calle Moneda para entrar en el Museo Nacional de las Culturas y después en el Ex Teresa Arte Actual, un templo barroco del XVII, cuya tremenda inclinación (el centro de Mexico se hunde 10cm al año) provoca una curiosa sensación. Justo enfrente compramos unas figuras de barro. El Templo Mayor, donde se encuentra la escultura de la diosa Coyolxauhqui (la luna), está cerrado por falta de electricidad, así que solo dejan entrar a ver la zona arqueológica anexa. Seguimos a continuación visitando varias iglesias, algunas con misas cantadas, para volver a descansar al hotel, previa para a comer algo en una marisquería: quesadilla de pescado, ostiones, pulpo y mojarra. A la tarde damos un pequeño paseo por la zona parando en un centro comercial para comprar un adaptador de enchufe, ya que el nuestro se quedó en casa. La cena, con unas sabrosas margaritas, la hacemos el muy bonito y recomendable "Los Tamales" en la C/ Alvaro Obregón.

A las 6 estamos completamente desvelados, así que nos vamos a un 7eleven a tomar unos cafés y a tomar el metro desde Hospital Gral hasta Autobuses Norte para ir a Teotihuacan. Las estaciones del Metro están indicadas mediante dibujos, entrando y saliendo los trenes continuamente (1 minuto de media). Los autobuses teotiuacanos van a la zona arqueológica cada 15 minutos por 28 pesos. Tras 1 hora de camino (50 Kms) llegamos y abonamos la entrada (45 pesos) para ver primero el templo de Quetzalcoatl y seguir 2 kms por la Calzada de los Muertos hasta la Pirámide de la Luna y el Palacio de Quetzalpapaloti. Vamos...y subimos a la Pirámide del Sol, para tras un breve respiro volver a D.F. En metro vamos hasta Revolución, donde después de varios intentos fallidos de cambiar Euros en bancos que sólo cambiaban USD !!!) conseguimos que un BBVA nos cambie. Almorzamos y vamos al Museo del Chopo y al Monumento a la Revolución en la Plaza de la Republica, donde hay una acampada sindical de protesta. Paseamos por el Paseo de la Reforma, con sus esculturas-asiento y sus diversos monumentos: Colón, Cuauthemoc (con otra acampada contra el gobernador de Veracruz), el Ángel de la Independencia (imagen representativa del D.F.), la fuente de Diana Cazadora.... Recorriendo las calles de la Zona Rosa volvemos al hotel para descansar un buen rato. La cena la hacemos frente a una Casa Gallega frente al hotel y nos pasamos pidiendo: chorizo gallego, caldo, kokotxas y brocheta. Así que dejamos más de la mitad.

A medianoche los primeros síntomas de lo que creemos fue la "Maldición de Moctezuma": vomitos, diarreas, fiebre, dolores.... que nos mantendrán encerrados en el hotel 36 horas. Sobrevivimos esas "inolvidables" horas a base de zumos y yogur. Al día siguiente, y ya con ánimos suficientes para salir de nuevo a la calle, nos vamos hasta Coyoacan. Entramos por el bonito barrio de Santa Catarina con casonas señoriales del XVIII hasta desembocar en el jardín del Centenario, con sus arcos del templo de San Juan Bautista. Una vez visitado el mercado vamos hasta la Casa Azul, donde nació y murió Frida Khalo, para disfrutar recorriéndola. A la vuelta pasamos por la Casa-Museo de León Trostky y nos vamos hasta la Avda Juarez para comer un poco de sólido en una pizzeria. Visitamos el sorprendente mural "Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central" en el Museo Mural Diego Rivera, antes de ir a los mecados de artesnía de la ciudadela y de S. Juan. Empieza a llover y nos refugiamos en el Palacio de Bellas Artes a ver sus murales. Para la cena repetimos "Los Tamales".

Tras preparar las maletas y dejarlas en recepción tomamos el metro hasta Pino Suarez. Paseamos hasta el Hospital y el templo de Jesús Nazareno, fundado por Hernán Cortés y donde se encuentran sus restos. Desayunamos en el VIPS del Zócalo, en donde hay tremendas colas para la pista de hielo. Entramos en el Palacio Nacional para ver el Jardín Botánico, el recinto de homenaje a Juarez, el recinto parlamentario y, accediendo por una estrecha escalera, los bellos murales de Rivera. A la salida paseamos por las calles aledañas, donde cientos de personas se afanan en sus compras navideñas, hasta llegar hasta la SEP para ver los 120 tableros de Rivera distribuidos en sus tres pisos. A las 13h., y habiendo visto antes la Casa de los Azulejos, estamos en el Palacio de Bellas Artes para la visita guiada al teatro y a su telón de cristal irisdiscente de Tiffany. En la puerta hay una manifestación de campesinos desnudos protestando por la corrupción y la represión en Veracruz. Hacemos unas compras de artesanía y almorzamos una pizza, y aunque tenemos tiempo para ir al bosque y al castillo de Chapultepec, decidimos recoger las maletas y tirar al aeropuerto en metro.