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enero 2011 |
El día de Reyes a las 6 y media nos recoge un taxi para a las 8 h. estar volando por 85€ al aeropuerto de Rygge a unos 65 Kms de la capital noruega. Tras 3 horas y media aterrizamos en medio de una cantidad ingente de nieve y a 5 bajo cero. El autobús Rygge express, que sale media hora después de cada llegada, por 230 Kr (i/v) -unos 30 €- (que se pueden pagar con tarjeta en el propio bus) nos lleva a la estación central de Oslo. El hotel que hemos reservado (82 €/noche -no muy caro para lo que se estila aquí-), el Anker, está a unos 800 mts de la parada del bus, en la calle Storgata. Vamos hasta él caminando por aceras a rebosar de nieve. La habitación, pequeña, no está mal, con buenas vistas. Ya que son las 2 vamos a un resto que vemos frente al hotel para hacer el almuerzo: cervezas (a 8 € la copa), un solomillo sobre lecho de tallarines y langosta con guisantes y un café por el "módico" precio de 500 kr/ 65 €.
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A las 3 y media empieza a oscurecer mientras paseamos desde la iglesia Jakob en Torggata hasta la Domkirke (catedral) del año 1697. Entramos para disfrutar de su silencio y de sus diversos elementos distribuidos en su planta cruciforme. Por Karl Johans y pasando al lado del Parlamento (Stortinget) llegamos a los jardines del Teatro Nacional y desde allí al Ayuntamiento (Radhus), que solo es visitable los miércoles. Damos una vuelta por el muelle de Aker, desde donde parten los barcos de linea que van a alguna de las 40 islas del fiordo. Regresamos por la zona de la Universidad y la Margaretakyrkan hacia el hotel para un buen rato de relax. El baño tiene el suelo calefactado, lo cual a la hora de la ducha viene muy bien. Salimos cerca de las 8 para hacer la cena en el cercano Dovrehallen Bar, un sitio típico con musica en directo: 3 cervezas muy sabrosas, y un plato de fletan frito y uno de lomos de pescado crudo con salsas.(425 Kr/55€) Nos retiramos ya que se prevé baje el termómetro esta noche a -15º.
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El sol acaba de salir en esta época sobre las 9 y cuarto, así que no bajamos a desayunar hasta cerca de las 9 (no está mal el bufé), para después ir en unos 10 minutos andando hasta el museo Munch, al lado del Botánico. La entrada es gratuita entre los meses de octubre y marzo y se hace muy cómodo de visitar su colección de cerca de 1000 pinturas y 15000 grabados. Tomamos el Metro en la cercana parada de Tayen para trasladarnos a Majorstuen. Los billetes del transporte cuestan 26 Kr si los compras antes o 40 Kr en el propio tram o bus. La tarjeta para 24 h. sale por 70 Kr, con lo cual si los usas mas de 3 veces merece la pena. De todas formas Oslo (sus sitios interesantes) son muy accesibles andando. Cruzamos hasta el parque Vigeland para ver su gran colección de mas de 200 esculturas,todas desnudas, que reciben mas de un millón de visitas anuales. En Oslo se ven estatuas por todas las calles, yo creo que debe ser una de las ciudades del mundo donde mas hay.
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De regreso por la calle Frognerveien paramos para recuperarnos del recorrido por la nieve tomando un rico café. Seguimos hacia el Palacio Real que solo se puede visitar de junio a agosto. Como pasa de la 1 y media nos perdemos el cambio de guardia. Seguimos hasta Kaffistova en la calle Kristian IV para almorzar unas albóndigas típicas y un sabroso salmón. Eso si la cerveza sin alcohol que cogimos no nos gustó nada y la tuvimos que dejar. A la salida en la misma calle pasamos por la puerta del bar de hielo para cruzar a la Galería Nacional en donde pasamos un buen rato disfrutando de su colección (entre sus cuadros la Madonna y El Grito de Munch). Volvemos al hotel para descansar el resto de la tarde hasta la hora de salir a cenar, lo que hacemos en un restaurante árabe cercano a base de kebabs. Antes nos tomamos unas cervezas en el bar-karaoke que hay enfrente. Nos levantamos a las 8 y cuarto, para desayunar y salir a unas calles con 4 bajo cero en las que no parará de nevar copiosamente hasta la tarde.
A las 10 estamos en la puerta del Parlamento para hacer una visita (sólo se hacen 3 los sábados para grupos de 30 personas). El recorrido, con 9 personas y guía, dura unos 20 minutos.
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Seguimos hacia el castillo medieval de Akershus. En la zona de la fortaleza se encuentra también el museo de la Resistencia y el de Defensa. Hacemos una parada en el acogedor centro de visitantes para calentarnos y descansar. Una vez que hemos desistido de tomar un barco de linea para pasear por el fiordo, ya que hay una malísima visibilidad marchamos por los muelles hacia la Brasserie 45 (detrás del Ayuntamiento) la cual encontramos cerrada por reformas. Así que entramos en "Bocata" para almorzar unos canapés de carne y gambas y unos noodles de pollo. Tras un paseo por el moderno barrio del Aker regresamos con la anochecida hasta el hotel. Salimos para repetir cena a base de fletan en Dovrehallen Bar. Aquí, como en todas partes, pagamos con tarjeta, lo cual nos ha evitado desde el primer momento tener que cambiar moneda o haber sacado coronas de algún cajero. Nos levantamos temprano para desayunar e ir a la estación de buses a tomar el Rygge express de las 9 y 10 (salen sobre 2 horas y media antes de cada vuelo). Embarcamos, riegan las alas con descongelante y partimos en hora hacia casa.
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