Octubre 2011

Ya que desde Lisboa nos sale el “paquete” vacacional cerca de 150 € menos por cabeza con Abreu-Portugal, y eligiendo fecha de salida y número de días, que haciéndolo desde Madrid, salimos desde Málaga con nuestro coche hacia allí de buena mañana para, tras almorzar en Evora en el muy recomendable O Pina, llegar a Lisboa a primera hora de la tarde. El día es muy desapacible y nos dedicamos a hacer tiempo en el centro comercial Vasco de Gama (en la antigua Expo) antes de dejar el coche en el low-cost “Lavacolla”. Nos trasladan al aeropuerto y tras una rápida entrega de maletas esperamos nuestra hora de embarque (las 22 h.) Aterrizamos a las 00 hora local en la Isla de Sal (2h. menos y cerca de 15º más que en Portugal). Tras presentar pasaporte y visado (que junto con el resto de documentación nos envió Abreu por correo electrónico), esperamos un rato a que aparezca el transfer para llegar al hotel BeloHorizonte, en la parte turística de la Isla, en el pueblo de Santa María. Tras abonar los 30 € que nos piden de fianza por llaves, mandos y toallas de piscina marchamos a la cabaña que nos han asignado. Como es tarde nos han dejado unos platos con frutas y sandwiches en la habitación. También hay en el frigorífico 2 botellas grandes de agua mineral que repondrán diariamente. Sin deshacer siquiera las maletas nos acostamos.

Amanece un día con algunas nubes (acaba de terminar la temporada de lluvias) y vamos a hacer el desayuno en el abarrotado comedor. Hemos elegido, a pesar de que la diferencia era mínima, sólo alojamiento y desayuno, ya que preferimos “ir por libre” a la hora de comer y cenar. Sin embargo la mayoría de huéspedes va con su pulserita de Todo Incluido. La agencia “receptora” nos ha citado a las 9 y media para intentar vendernos algún tour o actividad. Como hay tiempo nos vamos dando un paseo por la playa, a la que se accede directamente desde el hotel, hasta el pueblo. Tras una primera toma de contacto volvemos al hotel, le comentamos al representante de la agencia que, ya que vamos a estar sólo 5 días preferimos dedicarlos a “sol y playa”. Tras advertirnos del peligro del sol entre las 11 y las 15h. nos vamos a la playa a dormitar bajo las sombrillas. Sobre las 12 volvemos al pueblo para ver la llegada de la pesca en el muelle. Mientras Jorge pide unas cervezonas, yo me acerco al “Banco Económico de Cabo Verde” que es el que no cobra comisión a cambiar 300 euros para gastos. Nos daremos cuenta más tarde de que no hubiera hecho falta cambiar, ya que en todos los lugares admitían euros.

Buscamos un sitio para almorzar y encontramos el restaurante Barracuda, de un español, y nos gusta tanto que repetiremos varias veces. En esta primera ocasión tomamos unas cracas, moluscos de apariencia rocosa y verde, en el que hay que hurgar con un palito para sacar el bichito, pez sierra y otro pez recién pescado. (Peces del día fueron varios los que tomamos estos días, pero con nombres desconocidos para mi, los cuales ya no recuerdo). Pasamos la tarde de relax en la piscina y en la habitación del hotel saliendo a cenar al cercano Atlantis unas caipirinhas caboverdianas (en las que sustituyen la cachaca por grogue), una lasaña de atún y pescado del día. Casi todas las comidas nos saldrán en torno a 30/35 € los dos, ya que Sta María tiene los precios mas altos de la isla. El viernes lo pasamos nuevamente de playa, aunque hace mucho más viento para disfrute de los kitesurferos que se agolpan al final de la playa. El almuerzo lo hacemos en la plaza central del pueblo y algo de lo que nos sirven me sienta mal provocando que me pase el sábado en la habitación sin apenas salir mientras Jorge sigue poniéndose moreno en la playa. El viernes, una vez puesto el sol ( a las 18h) fuimos a dar de comer a tiburones (10 € pax) cerca de Pedra de Lume, pero cuando llegamos no hay luz eléctrica en media isla (llevaban varios días con problemas), con lo cual no pueden encender los focos del puerto y nos tenemos que volver sin verlos. (Los euros nos lo reintegraron al día siguiente).

El domingo, nuestro ultimo día, ya en la playa, decidimos dar la “vuelta a la isla”. Preguntamos a ver si había hueco en el tour que salía a las 10 (15 €/pax) y marchamos por la carretera que va al aeropuerto hasta llegar a Espargos, capital de la isla. Paramos a cambiar el pickup por un minibus y a encargar el almuerzo y salimos a ver el espejismo «fata morgana», que se produce camino de Buracona y el «ojo azul» . Como el mar esta muy agitado no es posible el baño. Eso sí, vemos unas olas romper de forma fantástica contra los basaltos de las «piscinas». Frente a éstas se puede observar en la distancia un gran cono volcánico. El paisaje destaca por la ausencia casi total de vegetación Seguimos a Palmeira, pequeña localidad pesquera, para una breve parada antes de volver a Espargos a almorzar. Vamos después a las salinas de Pedra da Lume situadas en un cráter al que se accede, tras pagar 5 €, por un túnel excavado en la roca. Si lo deseas te puedes bañar en las salinas y si quieres hasta ducharte (por 1 €) Se pueden observar en el camino los restos de las estructuras de madera que se usaban para transportar las carretas llenas de sal desde el interior del volcán hasta el pequeño puerto cercano. Volvemos a Sta Maria sobre las 3 de la tarde con tiempo para un rato de playa. Hacemos la cena de despedida en la Baracuda y nos vamos a la habitación a esperar las 11 de la noche, hora a la que vamos a recepción a devolver las llaves y recuperar la fianza y a que nos recoja el transfer al aeropuerto para coger el vuelo de las 2 de la mañana a Lisboa. A las 7 estamos aterrizados, recogemos las maletas, llamamos al aparcamiento para que nos recojan y devuelvan el coche. Desayunamos y marchamos a Estremoz para descansar un poco y pasar la noche antes de regresar a casa.