Octubre 1999

Volamos con Spanair hasta el Aeropuerto Leopoldo Sédar Senghor de Dakar con un grandísimo retraso que nos hace llegar al hotel a las 3 de la mañana . El primer día, en el inicio de la ruta de una semana que vamos a hacer , será muy ajetreado . Nos acomodamos nosotros y nuestras maletas en un microbús (somos 14 personas) y visitamos Dakar brevemente : el Palacio presidencial, la ruta de "La Corniche" y el puerto donde embarcamos hacia la Isla Gorée. En la isla se encuentra la Casa de los Esclavos, de finales del siglo XVIII , lugar de embarque de los esclavos hacia América. Ahora es una casa- museo que recuerda las barbaridades allí cometidas. Tras la isla nos llevan a un lugar que fabrican cuadros con arenas de distintos tipos, para seguir hasta el Lago Rosa , famoso por ser la meta del París-Dakar . Almorzamos en un restaurante en sus orillas y tras dar un paseo y ver la recogida de la sal nos ponemos en marcha hacia el sur de Senegal. Trás toda la tarde en la carretera llegamos, ya de noche, a nuestro alojamiento, un sitio muy bonito en mitad de la jungla y al lado de un río. Hay muchos mosquitos,pero sobre todo saltamontes que van tropezando con nosotros.

Vamos a la Casamance,región senegalesa situada entre Gambia y Guinea Bisau. Para ello hay que atravesar Gambia . Pasamos los controles de entrada y esperamos al vetusto transbordador que atraviesa el río Gambia (por lo visto los ingresos del citado barco suponen más de la mitad del PIB de Gambia). Ni un hueco libre para los menos de 15 minutos de travesía .Desembarcamos ,atravesamos los controles de salida de Gambia y entramos en la Casamance. En esta región predomina la etnia Diola que son mayoritariamente animistas y cristianos en el sur . Nuestro guía, Bala (hizo un trabajo fantástico , atento a todo, todo el viaje) es de la etnia Wolof . Hacemos una parada en mitad de la carretera donde está una manada de monos salvajes . Vemos unos hormigueros altísimos y unos Baobabs inmensos. Llegamos ,en mitad de la lluvia, para almorzar a Ziguinchor ,capital de la Casamance , donde pasamos la noche en un hotel (auberge le Kadiandou) al lado del río . La tarde la dedicamos a , sorteando charcos, visitar la ciudad y su mercado. Nos encontramos un desfile carnavalesco con chavales disfrazados . Otro grupo de disfrazados (con materiales vegetales) nos volveremos a encontrar al día siguiente en el camino. Hacemos una colecta y paramos a comprar velas, caramelos ,azucar etc. que repartiremos en la visita a un poblado típico de la región : Las casas son construcciones con un hueco central para recoger y almacenar el agua de lluvia , los impluvium . Este es el país de los niños , tras hacer cola y recoger los regalos se vienen cogidos de nuestras manos a visitar el poblado. Les llama mucho la atención ver los pelos de nuestros brazos.

Seguimos hacia el pueblo de pescadores de Mlomp , donde nos refrescamos en un bar que tenía un monito atado en una de sus mesas. Embarcamos para ver otro poblado a las orillas del río. Nos reciben con un baile con mucha percusión en el participan niños, mujeres embarazadas etc. Seguimos para pasar la noche hasta la Isla de Carabane , lugar donde residían bastante occidentales , quedando restos de una catedral , de una escuela y un Cementerio al lado de la playa. Vemos la llegada del ferry que hace la ruta hasta Dakar que fondea en mitad de la lengua de agua , mientras pequeñas embarcaciones cargan a pasajeros y mucha mercancía. Nos montamos en unas pequeñas embarcaciones y nos dirigimos a una aldea para visitar a un famoso brujo. Varamos las embarcaciones y tras andar un poco , esperamos a que nos reciba. Mientras los chavales de la tribu (!qué cuerpos¡) efectuan una danza ritual . Entramos en la cabaña del brujo. Es ciego y nos toca mientras musita unas palabras. Regresamos a la isla para dormir en un antiguo convento que no tiene electricidad. Tras desayunar nos damos un baño. Lamentablemente no hay ningún delfín de los que, a veces, acuden a nadar entre los bañistas . Embarcamos y vamos a visitar la Isla de los Pájaros. Están anidando y los hay a miles. Al regreso nos cae una tromba de agua.

Tras visitar la isla (un dispensario , una panadería ...) reembarcamos para volver a Elinkine (30 minutos de piragua) y coger el microbus para proseguir por Ousouye y llegar a Cap Skiring, zona vacacional de la Casamance . Nos alojamos en un hotel que en esta temporada está casi vacío. Damos una vuelta por la playa y disfrutamos de la piscina. A la tarde nos acercamos al pueblito más próximo para hacer algunas compras (o intercambiar objetos). El día siguiente hacemos el recorrido de regreso saliendo antes del amanecer. Hacemos diversas paradas: en un bosque de inmensos árboles (fromagers) , en Kaolack , al lado del rio Saloum para almorzar, en un bosque de baobabs para unas fotos de grupo, en un pueblo donde viven familiares del conductor del micro para dejarles algunas mercancías. Antes de abandonar la Casamance habiamos parado cerca de una aldea desde donde nos llevaron por el bosque hasta un claro en donde conocimos al rey de la tribu, que era viejísimo e iba todo vestido de rojo.

Llegamos a Saly , una zona turística a unos 80 kms de Dakar ,en la que pasaremos de descanso y relax la próxima semana . Las cabañas de dos plantas del hotel están muy bien y las comidas ,en plan buffet, también . Aunque a esta zona la llamen el Caribe africano el agua no es transparente como la de allí. Pero es un gustazo estar en primera linea de playa viendo a los tejedores construir nidos sobre nuestras cabezas. Un día alquilamos unos quads y recorrimos las playas y campos de alrededor de Saly . Acostumbrado a moverme en moto, el manejo del manillar y la sensación es totalmente distinta. Ya que el hotel ofrecía clases gratuitas de windsurf me apunte a un par de sesiones, consiguiendo al final levantar la vela, mantenerme y deslizarme un poco.

Aparte de visitar el pueblo vecino (pensado para guiris) salimos un par de días ,con unos senegaleses y su furgoneta y tres compañeras del circuito (una estaba tan encantada con el país que quería hasta comprar una casa para verano) a ver la llegada de los pescadores de M' Bourg y a visitar la Isla de las Conchas. La isla se formó por acumulación de las conchas que tiraban los pescadores y se accede por una larga pasarela . Las casas también están hechas con conchas marinas así como el cementerio de la isla con las tumbas también de conchas. Al regreso de la Isla de las Conchas paramos en un hotel que tenía un zoológico propio con bastantes animales. M'Bourg ,a la hora de llegar los barcos pesqueros ,era pura animación, un estallido de olores y colores . Sus mercados y calles comerciales estaban asimismo llenos de gente. Tras habernos tostado y retostado y haber disfrutado de la amabilidad de los senegaleses nos tocar volver al pequeño aeropuerto de Dakar y en cuatro horas (más las cuatro de retraso) amanecer en Madrid, que nos recibe con lluvia y frío.