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octubre 2010 |
En menos de 5 horas llegamos a Alicante desde Málaga en donde vamos a tomar nuestro vuelo a Keflavik con iceland express, un bajo coste que por 300 € nos llevará a Islandia. Dejamos el coche en un parking cercano al aeropuerto (38 €) y nos vamos a facturar. Con una hora de retraso y 4 h y media de vuelo aterrizamos en una antigua base militar yanqui, situada a 50 kms de la capital. Son las 2 de la mañana (2 h. mas que en España), nos recogen los del B&B keflavik para llevarnos al hotel, antiguos barracones de la base, donde tenemos una habitación para 4 (2 cuartos) con desayuno por 100 €.
Tras unas pocas horas de sueño y un desayuno con Skyr nos recoge la empresa del rentacar en el que hemos reservado el
coche (335 €) y nos llevan a tramitar el papeleo. Nos dan un vehículo superior y casi de estreno. Partimos a
Reyjkavik en una mañana lluviosa y menos fría de lo que esperábamos. Para almorzar vamos al Seabaron, típica y antigua taberna en el puerto donde pedimos 2 deliciosas sopas de salmón y langosta y brochetas de bacalao, rape, gambas y ballena (muy poco hechas), 65 € con las bebidas. Seguimos paseando hasta el Ayuntamiento que encontramos rodeado de policías y manifestantes con tiradas de huevos incluida.
Entramos en un banco para cambiar algunos pocos euros (sin comisión) aunque en este viaje pensamos pagar todo con
tarjeta.
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Una vez desayunados (con alarma de incendio incluida por unas tostadas que se quemaron) salimos hacia el "Círculo Dorado": Pasamos por Hveragerdi, lugar donde se cultiva en invernaderos aprovechando la energía geotérmica. Todo el camino hasta el valle está salpicado de fumarolas y lava negra cubierta de musgo. Bordeamos el inmenso lago de Thingvallavatn parando 1000 veces para hacer fotos y llegar a Thinguellir, lugar donde se encuentra la fractura entre el continente europeo y americano y donde se reunió el 1er parlamento europeo en 930. Hace frío y viento cuando salimos por una carretera de tierra hacia el turístico Geysir para ver su gran atracción, el geiser Strokkur que alcanza los 20 mts de altura.
Seguimos a continuación hasta la catarata Gullfoss, donde almorzamos una sopa típica bien caliente con ensalada.
Empieza a llover cuando reiniciamos nuestro camino, que pasa cerca de muchas cascadas entre ellas, las de Seljalandfoss
y Skogafoss, Hacemos una parada en una de ellas en las cercanías del volcán Eyjafjalla. Toda la zona esta llena de
restos de la reciente erupción y hay trozos de carretera que aun están reponiendo. Después de desayunar y pagar tomamos un carril desde el hotel hacia un volcán cercano y pasamos un par de horas disfrutando de un bello paisaje hasta que un río se cruza en nuestro camino y nos obliga a regresar. Pasamos antes de reanudar camino por la playa de arena negra de Vik, repostamos y seguimos con diversas paraditas hasta las gargantas de Fjadrargljufur. El almuerzo lo hacemos en la gasolinera del pueblo de Kirkjubaejarkalustur, después de haber visitado el "suelo de iglesia" una afloración de piedra basáltica. Seguimos hasta el glaciar Skajtafell, descartando el caminar hasta la cascada negra de Svartifoss, en la que se inspiró la catedral de Reijkavik, ya que se nos echaría la noche encima. Llegamos a la laguna de Jokulsarlon lloviendo, pero al poco escampa y disfrutamos de los témpanos flotantes viendo evolucionar unas focas. Nos acercamos a la vecina playa y desembocadura del lago para caminar entre los bloques de hielo arrojados por la marea.
Proseguimos hasta Hofn donde tenemos plaza en el albergue. Cuando llegamos hay que llamar a un telefonillo, nos recoge
una chica que nos lleva al otro lado del pueblo a otra residencia, en la que estamos prácticamente solos. Nos cobra
115€ y nos da la llave de una habitación de 4 y sale por patas. Al rato tenemos que volver a llamarla ya que no
había ni sábanas ni toallas. Vuelve y nos cambia a otra ya "completa".
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Tras el desayuno (lo han dejado preparado pero no hay nadie), en el que la maquina de café no funciona, marchamos al puerto para tomar unas fotos de los barcos y glaciares vecinos y proseguir recorriendo la "ring road". Pasamos por la zona de Raudanes llena de gansos y por los fantásticos acantilados de Djupavogshreppur antes de llegar al pueblecito de Djupivogur donde nos tomamos un café para entrar en calor. Este pueblo tiene unas casas preciosas y un paseo con esculturas de "huevos". En Breiodalsvik nos alojamos en el hotel Blafell en unas habitaciones de madera muy nuevas. Almorzamos en el mismo hotel unas "bombas de mamá". (No tenían su plato estrella de temporada, el estofado del pescador). La tarde la dedicamos a recorrer los fiordos por la carretera 96: Stodvar, Faskruos y Reidarfjordur. La cena la hacemos nuevamente en el hotel. (almuerzo,cena y desayuno y 2 habitaciones 276 €) En una mañana bien lluviosa salimos por la carretera 1, que pronto se convierte en una carretera de tierra con subidas y bajadas hasta que llegamos a Elgisstadir. Pasado el pueblo paramos al lado de un puente que atraviesa una garganta para un descansito antes de proseguir hasta la carretera 86 que nos llevará a las cataratas del río Jokulsa (nacido en el glaciar Vatnajökull recorre 206 Kms hasta el mar): Dettifoss ( la mas caudalosa de Europa) y Selfoss que están cercanas (1 km) y la de Hafragilsfoss, un poco más al norte. Decidimos seguir ya que la carretera de tierra que bordea el cañón del Jokulsa no está mal, para llegar, tras parada para comer algo en una gasolinera, a uno de los paisajes más bonitos de la ruta: Asbirgy, una depresión oval rodeada por acantilados de hasta 100m de altura en tres de sus lados, con un precioso lago transparente al final del cañón. Seguimos bordeando la costa hasta el pueblo Husavik, que vive de la pesca y el turismo (observación de ballenas) y que tiene un curioso museo, el del pene, con 300 piezas de 90 especies diferentes. Por la carretera 87 nos alcanza la noche antes de llegar al lago Myvatn donde tenemos alojamiento en la granja Vogafjos por 85 € la habitación (por error habíamos reservado para un día después, pero se solventa el problema sin mayor dificultad). Observamos como ordeñan a las vacas, dejamos las cosas en las cabañas y marchamos a los baños naturales (16 €) que están abiertos hasta la 22 h. fuera de temporada. Hacemos allí mismo la cena antes de disfrutar durante 2 horas de las calientes aguas termales en la penumbra nocturna.
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Hacemos el mejor desayuno de toda la ruta, completísimo, sabroso y variado para marchar acto seguido a ver la zona de fumarolas y sulfataras de Namafjall, con charcos de barro burbujeantes de un intenso olor a azufre. Esta es la zona del área volcánica del Krafla, donde han construido una potente planta de energía geotérmica y donde subimos al cráter del Viti (infierno en islandés) en cuyo interior se encuentra un bonito lago de aguas verdes. Regresamos para ir a las grietas de Grjotagia y ver sus pequeñas grutas con agua caliente. En una de ellas decidimos chapotear un rato con sumo cuidado ya que está el agua muy caliente. Al rato llega una excursión de adolescentes y decidimos irnos y dejarles el campo libre.
Pasando por los pseudocrateres de Skutustadir llegamos a la cascada Godafoss, en las que como en casi todos los
sitios del viaje estamos solos. Proseguimos hasta llegar al hotel (también granja) Sveinbjarnargerdi, cercano a
Akureyri (la 2ª ciudad de pais con 19.000 habitantes), a donde vamos a hacer un almuerzo tardío en un lugar muy de
diseño, Srikid: unos deliciosos filetes rellenos de langostino y pescado en curry. Cerca de las 18 h.
(hora de cierre) entramos en una pastelería cuya dueña está casada con un malagueño que al rato aparece y con él
nos tiramos un buen rato de charla conociendo un poco como es la vida por allí.
Desayunamos y nada más salir paramos en un museo de esculturas al lado de la carretera. Un día totalmente despejado
nos deja ver las nevadas montañas (poco para la época del año) sobre Akureyri, que atravesamos para después de
bastantes kilómetros llegar (tras un pequeño desvío de la 1) a Deildartunguhver, el mayor "brote"de aguas termales
de toda Europa (180 litros de agua termal por segundo a una temperatura de 97º). Seguimos y cruzamos el fiordo Hvaljfjordur por el tunel de peaje para llegar a Reyjkavik y volver al hotel Artic Confort. Lo que queda de tarde la dedicamos a algunas compras y paseos por el centro.
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Salimos hacia la península de Reykjanes (pais de los humos) bien orientados por el GPS (hemos usado todo el viaje el único que hemos encontrado disponible para Islandia: Garmin). Paramos en primer lugar en un secadero de pescado al borde de la carretera. El olor es verdaderamente insoportable. Seguimos a Kleifarvatn, el lago más grande de la península para un paseo por su playa de arena negra. En algunas zonas se ve salir humo de la superficie del agua. Continuamos a las solfataras de Krysuvik, una zona de aguas termales con geyseres y solfataras que despiden un fuerte olor a huevos podridos. Tras intentar llegar a una zona de acantilado y tener que dejarlo por el mal estado del camino, seguimos a Grindavik para almorzar. En el sitio en que intentamos hacerlo acaban de irse un par de grupos y el propietario nos indica que no va a cocinar mas, pero muy amablemente nos acompaña a otro sitio al lado del museo en donde tomamos un menú en plan bufé por 60 € que no estuvo mal. Pasando por los acantilados del faro Baejarfell, lugar de cria veraniega de miles de aves y desde donde se ve la cercana isla Eldey, que emerge 77 mts sobre el mar, la vecina central térmica y por el "turístico"puente de Midlina, sobre la separación de las placas continentales, llegamos de nuevo al B&B para tomar una habitación (nos la cambian por que la primera tenia las 4 camas en un solo cuarto), dejar las cosas e irnos al Blue Lagoon. Estos baños son mas caros y masificados que Myvatn pero también mas "modernos". Tiene recipientes de barro para embadurnarse y dejar tersa la piel y unas "cascadas"para "masajearse". Relajados después de casi 3 horas retornamos a Keflavik para llenar el coche de gasolina (después de algunos problemas con el surtidor automático) y hacer la cena de despedida en un restaurante muy ambientado en el puerto, el Kaffi Duus.
Por la mañana dejamos el coche en el hotel como habíamos quedado en el rentacar, nos llevan al cercano aeropuerto
donde salimos en hora tras almorzar. Una vez nos acercamos al destino el avión empieza a moverse de mala manera.
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